Según una investigación publicada recientemente en los Archivos de Medicina Interna, comer mucha carne roja puede acortar la vida, en tanto que consumir más pescado y aves puede prolongarla. Los investigadores explicaron que la carne roja está asociada con un riesgo mayor de muerte por afecciones cardíacas, cáncer y otras causas.
Para muchos, la carne roja es su principal fuente de grasas y proteína, y este alimento ha sido asociado con el aumento del riesgo de contraer diabetes, enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer.
"Deberíamos cambiar hacia una dieta a base de frutas y vegetales”, dijo el doctor Frank Hu, investigador líder del proyecto y profesor de nutrición y epidemiología de la Escuela de Salud Pública de Harvard. “Esto podría reducir sustancialmente el riesgo de enfermedades crónicas y muerte prematura”, agregó.
Para el estudio, el equipo del doctor Hu reunió datos de unos 37,600 hombres y 83,600 mujeres a los que se les hizo un seguimiento durante 28 años. En ese lapso, murieron 24,000 de los participantes. Los investigadores encontraron que unas 6,000 de esas muertes se dieron por causa de afecciones cardiovasculares, y más de 9,000 por cáncer.
A raíz de este hallazgo, el grupo de investigación estimó que por cada porción diaria de carne roja que se ingiere (del tamaño de un mazo de cartas), el riesgo de muerte aumenta un 12 %. Yendo aún más lejos, el riesgo es del 13 por ciento para carnes sin procesar, y de un 20 por ciento para las procesadas (salchichas, tocino, salame).
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Los investigadores aseguran que si se reemplaza la porción diaria de carne roja por pescado, aves, frutos secos, legumbres, productos lácteos descremados o granos integrales, el riego de muerte disminuye. Si la gente del estudio hubiera comido menos de la mitad de carnes rojas al día, la cantidad de muertes tras estos 28 años de seguimiento se podrían haber reducido en un 9.3 % entre los hombres y un 7.6 % entre las mujeres.
De todos modos, un representante de la industria de la carne roja no hizo esperar sus comentarios. Shalene Mc Neil, dietista registrada y directora ejecutiva de investigación en nutrición de la Asociación Nacional de Productores de Carne replicó: "Hay fuertes evidencias científicas del rol que cumplen las carnes rojas en una dieta saludable y balanceada, y no hay nada en este estudio que cambie las cosas”. "Este fue un estudio de observación, y no puede ser usado para determinar causas y efectos”, concluyó.
Sin embargo, Samantha Heller, dietista y nutricionista del Centro de Cuidado del Cáncer en el Hospital Griffin en Derby, Connecticut, opina que sus pacientes replican “nacemos carnívoros” cuando se les pide reducir su ingesta de carnes rojas.
“Lo que la gente no sabe, dice Heller, es que los humanos no están preparados para tolerar tanta cantidad de grasa saturada, hierro y otros compuestos que tiene la carne roja que consumen”. Por ello aconseja reducir el consumo a una o dos veces por semana y sustituirla con otras fuentes de proteína.
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