Sentirse cansado o agotado en ocasiones es normal, sobre todo considerando el agitado estilo de vida de hoy en día, sin embargo, hay veces en que afecta seriamente la calidad de vida y es posible que se esté ante el síndrome de fatiga crónica (CFS, por sus siglas en inglés), una afección muy difícil de diagnosticar.
Para un comité de expertos del Instituto de Medicina (IOM, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, el síndrome de fatiga crónica es una enfermedad con una base fisiológica y debe ser tomado en serio, y ya que muchos pacientes consideran que el término minimiza su padecimiento, propuso al Departamento de Salud de EE.UU., llamarlo enfermedad sistémica de intolerancia al esfuerzo para, así como establecer un protocolo para diagnosticar el trastorno.
"Esto no es un invento de su imaginación", enfatizó la Dra. Ellen Wright Clayton del Centro de Ética Biomédica y Sociedad de la Universidad Vanderbilt y quien presidió el comité. "Estos pacientes tienen síntomas reales. Merecen atención real ", añadió.
La gente no debería "andar vagando por el desierto durante años en busca de un diagnóstico", resaltó Wright Clayton y pidió a los médicos hacer un mejor trabajo para diagnosticar una enfermedad que podría afectar hasta a 2.5 millones de estadounidenses.
En su informe publicado en Annals of Internal Medicine, el panel refiere que el diagnóstico requiere tres síntomas fundamentales: fatiga y reducción en los niveles de actividad previos a la enfermedad que duren más de seis meses, el agravamiento provocado por el esfuerzo físico, incluso actividades leves que puede desencadenar un "colapso" o "recaída" de malestar general y el sueño que no resulta reparador por grande que sea la fatiga.
A estos síntomas, los autores del trabajos señalan que hay que sumar al menos otro más: el deterioro cognoscitivo, que se suele llamar “niebla mental”, o la intolerancia ortoestática, lo cual significa que los síntomas disminuyen al acostarse, y al paciente le resulta difícil permanecer de pie mucho tiempo.
En la actualidad, no hay ninguna prueba aislada que permita saber si una persona padece el síndrome de fatiga crónica. Puesto que esta enfermedad puede ser difícil de diagnosticar, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) han establecido dos criterios para guiar a los médicos en el diagnóstico:
Queremos Conocer su Opinión
¿Cómo califica el contenido que acaba de leer/ver?
¿Qué tanto me motiva a vivir saludable?
Yo soy...
Proveedor de Salud
Administrador o Recursos Humanos – Empresa
Asegurado
Corredor de Seguros
Ninguna de las Anteriores
Fatiga inexplicable que dura seis meses o más. Las personas con síndrome de fatiga crónica están agotadas, y su cansancio y falta de energía puede durar meses, sin que haya una causa evidente del mismo. Este tipo de fatiga hace que resulte sumamente difícil levantarse de la cama por la mañana, vestirse e incluso comer. Y repercute sobre los estudios, el trabajo y el ocio. No mejora reposando o durmiendo.
Cuatro o más de los siguientes síntomas:
- Problemas de concentración y memoria a corto plazo
- Dolor de garganta
- Ganglios linfáticos inflamados y dolorosos al tacto
- Dolor muscular
- Dolor articular en ausencia de inflamación o enrojecimiento
- Dolor de cabeza más fuerte o distinto del habitual
- Sueño reparador (es decir, no sentirse descansado ni siquiera después de dormir)
- Cansancio o agotamiento que dura más de 24 horas después de hacer ejercicio físico
Hasta ahora no se conoce la causa del síndrome de fatiga crónica. Es más común en las mujeres entre los 40 y 60 años de edad, pero cualquiera puede tenerlo y hoy en día no existe cura, el objetivo del tratamiento es mejorar los síntomas. El dolor, los trastornos del sueño y otros problemas pueden tratarse con medicinas. Un cambio en el estilo de vida, el desarrollo de métodos para manejar los síntomas y un programa de ejercicios especiales y graduales puede ayudar.
Más para leer:
© 2024 Pan-American Life