Según el Consejo Europeo de Información sobre la Alimentación, la prevalencia de alergias alimentarias durante los primeros tres años de vida oscila entre el 3 y el 7 por ciento. Esto se relaciona con la introducción temprana de fórmulas lácteas, así como de alimentos sólidos, en la alimentación de los lactantes. A pesar de que es difícil prevenir por completo la aparición de este problema en niños(as) con antecedentes familiares de alergias, existen estrategias que pueden ayudar a retardar su aparición o disminuir su intensidad.
La medida principal para prevenir las alergias alimentarias consiste en retardar la introducción de los alimentos con un mayor potencial alergénico (es decir, los que más comúnmente producen alergias), tales como: leche de vaca, clara de huevo, pescado, soya, cítricos, nueces y trigo. La recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es brindar lactancia materna exclusiva(únicamente leche materna y ningún otro líquido o alimento) durante los primeros seis meses de vida e iniciar con alimentos complementarios a partir de esta edad.
Diversos estudios han demostrado un posible efecto protector de la leche materna, dada de forma exclusiva como lo recomienda la OMS, reduciendo la incidencia de alergias alimentarias. Esto se debe a que la leche materna contiene factores beneficiosos para el sistema inmunitario, que sirven como defensa para el organismo.
La forma correcta de introducir los alimentos es probando con uno a la vez. Por ejemplo, si es la primera vez que se le da papa al bebé, esperar unos tres días antes de darle un nuevo alimento. Esto ayudará a detectar cualquier respuesta anormal, si la hubiera, de forma rápida y oportuna. Si introducimos varios alimentos al mismo tiempo y el bebé no los tolerara, sería muy difícil saber qué alimento fue el que no le cayó bien. Si se identifica a algún alimento que produce una reacción anormal en el bebé (por ejemplo, si se presentara alguna irritación en la piel o hubiera vómitos, cólicos, diarrea u otros síntomas), se debe consultar con el pediatra, pues probablemente haya que evitar este alimento, al menos por un tiempo.
El motivo por el que debemos ser tan cuidadosos es porque el sistema digestivo del bebé se encuentra todavía inmaduro. Es hasta el año de edad que se espera que los niños tengan una alimentación que incorpore la mayoría de comidas del hogar.
La Academia Americana de Alergia, Asma e Inmunología (AAAAI) recomienda que, en el caso de niños(as) con antecedentes familiares de alergias alimentarias, se debe esperar hasta el primer año para agregar leche de vaca, trigo, maíz, cítricos y soya a su alimentación; hasta los dos años, huevos y pescado, y cuando cumpla los tres años de edad, podrá comer nueces o cacahuates.
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Si bien no es posible prevenir las alergias alimentarias en un 100% en niños(as) con esta predisposición, sí podemos reducir el riesgo o disminuir la intensidad del problema. Por lo tanto, vale la pena que tomemos en cuenta estas recomendaciones y que no dejemos de lado el control cercano por un pediatra o nutricionista.
Literatura revisada:
Consejo Europeo de Información sobre la Alimentación (2006). "Alergias e intolerancias alimentarias". Revisado en agosto, 2008 desde http://www.eufic.org/article/es/page/BARCHIVE/expid/basics-alergias-intolerancias-alimentarias/.
American Academy of Allergy, Asthma & Immunology. "Food Allergies and Reactions" Fact Sheet. Revisado en agosto, 2008 desde http://www.aaaai.org.
Organización Panamericana de la Salud / Organización Mundial de la Salud (2003). “Principios de orientación para la alimentación complementaria del niño amamantado.”Revisado en agosto, 2008 desde http://whqlibdoc.who.int/paho/2003/9275324603_spa.pdf.
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