Si eliges un postre alto en calorías antes que el resto de tu comida, es posible que luego te inclines por un menú ligero porque buscarás compensar los efectos de la bomba calórica en tu cuerpo. Ese es el resultado de una investigación que dio a conocer la Academia Americana de Psicología (APA, por su sigla en inglés).
En una cafetería universitaria, ubicada en Tecnológico de Monterrey, México, los investigadores pusieron dos tipos de postres, frutas y pastel de queso y limón, al inicio del área donde la gente toma los alimentos. Quienes escogieron el pastel, luego buscaron entre las opciones del menú platos principales o acompañamiento ligeros y, finalmente, consumieron cerca de 30% menos de calorías que los que eligieron primero la fruta fresca.
La prueba de la cafetería se hizo durante cuatro días días y también se observó el efecto contrario. Cuando los postres estaban ubicados al final de la zona donde se eligen los alimentos, que es donde siempre suelen estar, no hubo cambios de conducta en los comensales.
"Creemos que los comensales que eligieron el postre indulgente primero eligieron los platos principales y los acompañantes más saludables para compensar su postre rico en calorías", dijo en un comunicado uno de los líderes de la investigación Martin Reimann, quien es profesor asistente de mercadotecnia en la Universidad de Arizona. En cambio, cree que tal vez quienes eligieron el postre más saludable pensaron que estaban haciendo una buena acción por sus cuerpos y merecían alimentos más altos en calorías.
También hicieron tres experimentos en línea a un total de 630 participante que simulaban la dinámica de sitio web de entrega de alimentos y tuvieron hallazgos similares. Sin embargo, si los participantes estaban distraídos, así eligieran el postre calórico primero, tenían más probabilidades de seguir eligiendo platos principales y acompañantes con alto contenido calórico.
Los investigadores consideraron variables como los precios de las comidas y sexo o índice de masa corporal de los participantes. La única variable que tuvo efectos significativos fue la edad: los participantes tenían entre 18 y los 60 años, y consumieron más calorías los de mayor edad
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"Las personas deben ser conscientes de que sus elecciones iniciales de alimentos y su forma de pensar pueden afectar la salud general de sus comidas", dijo Reimann. El especialista sugiere que este tipo de hallazgos podrían motivar a restaurantes, cafeterías y deliverys virtuales a fomentar una dieta saludable mediante la ubicación de los alimentos.
Pero más allá de este experimento, lo más importante es que logres tener una relación saludable con los postres, los dulces y con el resto de tu alimentación. La nutricionista Gloria Rabell, quien es parte del staff de HolaDoctor Consultas, sugiere que prestes atención a la cantidad y a la frecuencia con que los comes.
Recomienda, en general, elegir postres menos energéticos, como los que son a base de semillas (amaranto), frutas con una cucharadita de almíbar o helado de yogurt sin azúcar. Si acostumbras a comer un postre a diario, disminuye la frecuencia a dos o tres veces por semana, y puedes sustituirlo por frutas, si quieres disfrutar de un sabor dulce al finalizar tus comidas.
“Aprende a disfrutar de los postres en pequeñas porciones, deléitate con su sabor y apariencia y resérvalos para ocasiones especiales”, explica Rabell. El consumo excesivo de postres te hará ganar peso y a acumular grasa abdominal.
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