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En la antigüedad, los egipcios hacían preparados con aceites esenciales que se utilizaban en medicina, cosmética, para bañarse y armonizar los templos, también eran usados en China, India y Persia. Los aceites esenciales se extraen de diferentes partes de la planta: semillas, cortezas, tallos, raíces, flores, etc. En general, son la esencia concentrada de una parte de la planta y a pesar de su nombre, no son aceitosos. Se denominan aceites porque no se mezclan fácilmente con el agua.

De acuerdo con Natural Standard, empresa de investigación internacional sobre medicina alternativa, los aceites esenciales de plantas se han utilizado medicinalmente mediante la aplicación directa sobre la piel (generalmente diluidos), como parte de un masaje, añadidos al agua para bañarse, a través de la inhalación de vapor o en enjuagues bucales. 

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Uno de sus usos más generalizado es en aromaterapia. Los aceites esenciales pueden ser inhalados para combatir el insomnio, producir relajación, aliviar el estrés, el dolor, la ansiedad o el dolor de cabeza. Por vía tópica se utilizan para la pérdida de pelo (alopecia), dolor, la osteoartritis, entre otros usos.

Natural Standard refiere que si bien la investigación científica es limitada y todavía no es clara la forma en que los distintos tipos de aceites esenciales podrían funcionar en el organismo, la teoría sugiere que después de colocarlos sobre la piel o luego de respirar un aroma, se estimulan los nervios del sentido del olfato en la nariz y envían impulsos al sistema límbico del cerebro (un centro de procesamiento de emociones). Una teoría diferente dice que algunos aceites interactúan directamente con hormonas o enzimas en la sangre o estimulan las glándulas suprarrenales.

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Existen más de 100 aceites esenciales que se utilizan comúnmente en la aromaterapia. Estos aceites se extraen de flores (rosa, narciso), raíces (lirio), hojas y espinas (eucalipto, pino), resinas (trementina), semillas (alcaravea), frutas (limón, lima), bayas (clavo de olor), cortezas (canela) y maderas (cedro). Muchos se obtienen de especias y hierbas familiares (albahaca, anís, nuez moscada, comino, orégano) y otros son derivados de sustancias relacionadas con la fitoterapia (jengibre, ajo, hierba de San Juan).

Algunos de los aceites esenciales más conocidos son: el de jazmín (es relajante), lavanda (ayuda a liberar tensiones musculares), limón (estimula el sistema linfático), rosa (calmante y tonificante), manzanilla (es relajante y reparador del sueño), canela (excelente para la prevención de gripes y resfríos), cedro (estimula el sistema respiratorio) y bergamota (antidepresivo y tiene propiedades antisépticas).

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Seguridad de los aceites esenciales

Se ha informado erupción cutánea (dermatitis) en humanos por el contacto directo con varios aceites esenciales, y puede desarrollarse irritación de la piel debido al uso regular. Los aceites de menta y eucalipto pueden quemar la piel si se aplican sin ser diluidos. Con la posible excepción de la lavanda, los aceites esenciales deben diluirse con un aceite básico antes de ser utilizados para evitar irritación de la piel. Podría presentarse fototoxicidad o fotosensibilidad graves (sensibilidad de la piel a la luz), particularmente con el aceite de bergamota. Los vahos de la aromaterapia pueden irritar los ojos, y se recomienda a los pacientes mantener los ojos cerrados mientras inhalan vapores aromáticos.

Puede presentarse alergia por el uso de aceites esenciales que puede deberse a contaminación o a componentes de la hierba de la cual proviene el aceite. Si se sospecha una alergia de la piel, algunos aromaterapeutas colocarán una sola gota de aceite en la piel para observar si se presenta alguna reacción en un período de 24 horas. Las personas que tienen dificultad para respirar durante la aromaterapia deben buscar atención médica antes de someterse nuevamente a una sesión.

Si bien muchas tiendas de regalos venden velas perfumadas, bolas perfumadas y popurrí como elementos de aromaterapia, los tratamientos genuinos utilizan aceites esenciales de mayor concentración que se extraen de diversas hierbas.