La belleza cuesta, y más cuando se toman decisiones incorrectas, como comprar cosméticos de imitación procedentes de China.
Estos productos se distribuyen clandestinamente por todo el mundo y son un sinónimo de peligro para la salud, así lo alertan las diferentes agencias gubernamentales.
“Los cosméticos fraudulentos pueden contener arsénico, berilio y cadmio –todos carcinógenos conocidos–, junto con altos niveles de aluminio y niveles peligrosos de bacterias procedentes de fuentes como la orina”, informó la Oficina Federal de Investigaciones de los Estados Unidos (FBI) en su sitio web.
“Algunos de estos productos han causado afecciones como acné, psoriasis, erupciones cutáneas e infecciones oculares.”
La venta de estos productos es difícil de combatir debido a que su presentación es casi idéntica a la de las marcas originales.
La policía de Londres emitió una alerta nacional después de haber confiscado, en solo un año, más de 4,700 clones de las marcas MAC, Benefit y Urban Decay, todos de origen chino.
Según el diario The Guardian, la policía encontró diferentes sustancias tóxicas en estos productos como excrementos de rata, orina humana y arsénico.
Los clones llegan en barcos a los puertos de diferentes países y se venden a través de diferentes sitios de internet como eBay, Amazon y Mercado Libre. Su distribución y tráfico ilegal es posible gracias al mercado ambulante, del cual Latinoamérica también es parte.
En México, “la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS), en coordinación con la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO), lograron, en 2016, el aseguramiento de un lote de 9,000 piezas de polvo facial translúcido irregular, elaborado con materia prima no permitida para la fabricación de cosméticos”, según informó el gobierno mexicano.
Estos productos abundan en mercados populares, bazares o tianguis, como el de Tepito en la Ciudad de México y Los Callejones en la ciudad de Los Ángeles. Allí se distribuyen como pan caliente por sus precios bajos, entre un 50 y 70% más baratos que los originales.
Daños a la salud
Jesy Barreda, residente de Ayutla, Jalisco, tuvo una experiencia muy desagradable con un producto de imitación.
Ella compró un labial en una tienda de cosméticos famosa por tener algunas marcas “desconocidas”. Aunque Barreda aseguró que no acostumbra comprar productos clones, este labial en peculiar tenía un color que ella no había encontrado, y en su pueblo los productos de belleza de alta gama son difíciles de encontrar –la ciudad más cercana queda a 3 horas de su casa–. “Ni siquiera tenía marca … el labial era muy barato, como 20 pesos mexicanos” (alrededor de 1 dólar).
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Al momento de usarlo, Barreda sintió un ardor inmediato: “como si tuviera canela, sentía piquetitos y un poquito de comezón. Lo dejé así y me puse a cambiar a mi bebe”.
“No pude terminar de cambiar cuando sentí que me empezaron a arder los labios horriblemente. No sabía cómo quitármelo rápido, así que agarré una toallita húmeda y me lo comencé a limpiar”, explicó Barreda. “Mi piel ya estaba muy irritada y mis labios quedaron con un color rojo muy intenso”.
El labial que Barreda utilizó le provocó una resequedad e hinchazón en los labios que duro hasta 15 días. Esto también le creó unas manchas de color marrón que ella espera que desaparezcan una vez que concluya con su tratamiento.
“Fue una pésima experiencia la que tuve, jamás volveré a comprar productos cosméticos de dudosa procedencia solo porque me gusta su empaque o el color,” dijo Barreda a HolaDoctor.
Cómo diferenciar clones de verdaderos
Existen algunas formas de reconocer si un producto es de calidad o no. Para empezar, uno puede leer los ingredientes en la etiqueta del producto.
La Administración de Alimentos y Drogas de EE. UU. (FDA) publicó una lista donde se mencionan todas las sustancias prohibidas y restringidas en la elaboración de productos de perfumería y belleza. En esta lista se encuentran sustancias como el cloroformo y cloruro de vinilo, que pueden causar cáncer; el mercurio, que causa alergias e irritación y el bitionol, que puede causar dermatitis de contacto.
Otros países en América, como los que conforman La Alianza del Pacífico (México, Perú, Colombia y Chile), tiene regulaciones similares a las de EE. UU. e incluso mantienen sus normas de fabricación y etiquetado al pie de la letra con actualizaciones, tal como lo hizo México en el 2015.
Sin embargo, no siempre se puede consultar la lista de sustancias dañinas por cada producto que uno quiere comprar. Es por eso que la maquilladora profesional Daphne Jayne Corrales sugiere fijarse en detalles como la envoltura, la textura del producto, el olor y el precio.
“Si el precio es negociable o muy barato, el producto probablemente es falso. Si notas que la calidad es dudosa y hasta tiene un aroma extraño, el producto puede ser falso. Por último, el maquillaje es falso si el texto del empaque tiene una descripción borrosa, está formateado o incluso no se ve centrado. Muchas veces el texto se llega a cortar”, explicó Corrales quien ha sido maquilladora para la tienda Sephora por varios años.
Fuentes: EWG.org, COFEPRIS, FBI, FDA, Academia Mexicana de Dermatología.
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