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El flamante campeón del US Open 2013 y acreedor de su décimotercer título de Grand Slam es fanático de la comida típica española y no le gustan para nada los tomates, el jamón y el queso. 

Si está de viaje busca restaurantes japoneses o italianos donde pueda conseguir un buen plato de comida de mar, y cuando puede, prepara pescados grillados con langostinos y hongos. De vez cuando, se tienta con papas fritas y chocolate, que es su perdición, pero aclara que lo hace cuando está lejos de algún partido, ya que en esos casos, come liviano. Y aunque tienen muchas calorías, al final las pierde en la cancha, donde quema muchísimas cada día.

Reniega de las dietas de moda, y cuestiona las comidas sin gluten como las que prefiere su derrotado rival Novak Djokovic. Al respecto opina: “Ahora parece que una dieta libre de gluten es grandiosa, pero en tres o cuatro años descubrirán que hay otra que es mucho mejor. Y la libre de gluten no servirá más. De todos modos, no hay una dieta especial para campeones, ya que no todos los que ganan comen lo mismo ni tiene el mismo estilo de juego”.

A la hora de trabajar su físico, el mallorquín es dueño de un temple de acero y sus ansias de ganar lo hacen soportar dolores, sacrificios y hasta lesiones. Algunas veces se recupera antes de lo previsto por su deseo de estar nuevamente en la cancha. Rafa no siente que el tenis sea estresante, y si bien tiene algunas tensiones, en definitiva… “es un juego”, reflexiona.

Su rutina de entrenamiento comienza a las 8.30 con un buen desayuno, y a las 9.30 va para la cancha hasta la 1.30. Por la tarde, entrena en el gimnasio a partir de las 4.30, donde utiliza plataformas vibratorias para activar su circulación y tonificar los músculos. También entrena con bandas elásticas para fortalecer los músculos, en especial los hombros, que en los tenistas son muy propensos a las lesiones.

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Nadal también hace abdominales sobre pelotas de Pilates, planchas laterales y mucha elongación, para evitar lesiones y mantener el cuerpo elástico. El secreto de sus brazos tipo Popeye es solo una cuestión genética: Nadal no entrena más que otros tenistas, pero tiene una predisposición natural a lograr músculos grandes.

Rafa tiene sangre de campeón, y después de un día de duro entrenamiento recuerda: “todo es posible si pones todo de tu parte, y el trabajo duro es lo que te dará después la satisfaccion personal”.