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El tenista serbio acaba de pasar a cuartos de final en el torneo de Wimbledon, gracias a que combina su gran talento con un entrenamiento intensivo y algunas costumbres fuera de lo común.

El primer cambio importante de su vida fue adoptar una dieta libre de gluten, por sugerencia del médico nutricionista Igor Cetojevic. Algunos estudios demostraron que el tenista tiene intolerancia al trigo y a los lácteos, y el cambio de dieta mejoró notablemente su salud y energía. Además de perder 11 libras (5 kg) ganó flexibilidad, velocidad y capacidad de concentración. “Con esta dieta se terminaron mis alergias, tengo más confianza y en tres años, no tuve fiebre ni me resfrié”, relata. 

Ni bien se levanta toma un vaso de agua a temperatura ambiente y come dos cucharadas de miel de manuka, de la que se confiesa fanático. Se trata de un arbusto de Nueva Zelanda, y la miel elaborada a partir de sus flores tiene un gran poder antibacteriano, por eso se la utiliza para la curación de heridas.

El serbio consume mucha palta, batidos de legumbres en polvo, manteca de castañas y poca azúcar, y en época de partidos, nada de alcohol y cafeína. Duerme 7 u 8 horas por noche y antes de acostarse toma melatonina, un suplemento natural que lo ayuda a relajarse. Durante el día consume agua tibia y té de regaliz, una planta utilizada como saborizante en alimentos, bebidas y tabaco.

El detalle exótico de este gigante del tenis también fuera de lo común es el uso de la cápsula CVAC (Cyclic Variations in Adaptive Conditioning) una cabina en forma de huevo con tapa transparente que controla la presión, la temperatura y la densidad del aire. 

Dentro de ella, se siente como si se estuviera despegando y aterrizando en un avión y hasta se tapan los oídos. El aire se hace más cálido y denso, y luego se vuelve más frío y liviano, y se cree que estos cambios estimulan la adaptación natural del individuo y mejoran su estado físico.

• ¿Tienes buena salud como para jugar al tenis?

Pero no todo en su vida es el sufrimiento de estar en este huevo: Novak trabaja mucho sus piernas y su movilidad, para mantenerse ágil y rápido a la hora de alzanzar la pelotita amarilla. Hace ejercicios de resistencia con mancuernas, elevaciones de brazos y explosivos ejercicios pliométricos a gran velocidad y precisión. 

Utiliza barras suspendidas, pelota medicinal, bandas elásticas y pelotas de Pilates, sobre las que trabaja para mantener el equilibrio. También hace tai chi, y yoga, este último casi a diario, ya que le da flexibilidad y mejora su concentración y capacidad respiratoria.

Después de los partidos, se recupera con un baño de hielo mientras mira televisión, y luego sale a caminar. Mientras tanto le gusta reflexionar sobre la existencia de energías negativas y positivas, y sobre la gran posibilidad que le dio el tenis, de viajar y conocer otras culturas.