Si has tenido o tienes dolor lumbar, o lumbago, no estás solo. El dolor de espalda es una de las razones más comunes por las que las personas ven a un médico o faltan días al trabajo. Solo en los Estados Unidos 65 millones de personas reportan este dolor en un momento determinado. Incluso los niños en edad escolar pueden tener dolor de espalda. Unos 16 millones de adultos viven con este dolor de forma crónica.
El dolor de espalda puede variar en intensidad desde un dolor sordo y constante hasta un dolor repentino, agudo o punzante, explica el Instituto Nacional de Desórdenes Neurológicos. Puede comenzar repentinamente como resultado de un accidente o al levantar algo pesado, o puede desarrollarse con el tiempo a medida que envejecemos. Hacer muy poco ejercicio seguido de una rutina de fitness extenuante también puede causar dolor de espalda. Aquí te contamos las causas y cómo controlarlo.
Hay dos tipos de dolor de espalda:
- El dolor de espalda agudo o de corta duración, que puede durar de unos pocos días a unas pocas semanas. La mayoría de los dolores lumbares son agudos. Tiende a resolverse por sí solo en unos pocos días con cuidados personales y no hay pérdida de ninguna función. En algunos casos se requieren unos meses para que los síntomas desaparezcan.
- El dolor lumbar crónico se define como un dolor que continúa durante 12 semanas o más, incluso después de que se haya tratado una lesión inicial o la causa subyacente del dolor lumbar agudo. Aproximadamente el 20% de las personas afectadas por el dolor lumbar agudo desarrollan dolor lumbar crónico con síntomas persistentes al año.
Lo curioso es que incluso si el dolor persiste, no siempre significa que haya una causa subyacente médicamente grave o una que pueda identificarse y tratarse fácilmente. En algunos casos, el tratamiento alivia con éxito el dolor lumbar crónico, pero en otros casos el dolor continúa a pesar del tratamiento médico y quirúrgico.
Muchas veces es difícil encontrar la causa del dolor lumbar, pero las más comunes son:
- Sobrecarga de peso por trabajo o deportes
- Lesiones o fracturas
- Cirugías
- Hernia de disco, que comprimió los nervios cercanos
- Curvaturas de la columna vertebral como escoliosis o cifosis
- Afecciones de salud como artritis o fibromialgia
Las personas que tienen mayor riesgo de lumbago son:
- las mujeres embarazadas
- las mayores de 30 años
- las que son sedentarias
- las que están estresadas o deprimidas
- las que fuman
- las que realizan tareas pesadas o conducen camiones o maquinaria pesada
Síntomas
Entre los síntomas que pueden revelar lumbago están:
- Dolor agudo o sordo
- Sensación de ardor u hormigueo
- Dolor punzante
- Debilidad en piernas y pies
- Pesadez en los hombros
- Dificultad para moverse en la cama
Pruebas y exámenes
Durante el examen físico, el médico tratará de ubicar con precisión la localización del dolor y entender cómo afecta su movimiento.
Otras pruebas que se pueden realizar dependen de sus antecedentes médicos y sus síntomas.
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Los exámenes pueden incluir:
- Exámenes de sangre, como conteo sanguíneo completo
- Tomografía computarizada
- Resonancia magnética
- Mielografía (una radiografía o tomografía computarizada de la columna vertebral después de haberle inyectado un tinte)
- Radiografía
Tratamiento
Para que el dolor de espalda no afecte la vida diaria, no sólo hay que tratarlo: hay que poder prevenirlo, cambiando desde una silla de oficina hasta hábitos regulares de vida.
Entre las medidas habituales que pueden tomarse para manejar el dolor lumbar están:
- Un corsé para apoyar la espalda
- Compresas frías y termoterapia
- Fisioterapia que involucre ejercicios de estiramiento y fortalecimiento
- Asesoría para aprender formas de entender y manejar el dolor
Dependiendo de la intensidad del dolor, se puede tomar analgésicos de venta libre como ácido asetilsalicílico, naproxeno o ibuprofeno. Si el dolor es difícil de tolerar, el médico podría recetar analgésicos narcóticos u opiodes, pero tienen un alto riesgo de adicción.
Otra opción es una inyección peridural para el dolor de espalda, que puede acompañar a la terapia física.
Si el dolor de espalda no mejora, hay que consultar con el médico, puede transformarse en una situación médica de cuidado si se presenta entumecimiento, pérdida del movimiento, debilidad o cambios en los intestinos o la vejiga.
La cirugía es realmente la última opción si se presenta daño a los nervios o el dolor no desaparece.
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