La clamidia es una enfermedad de transmisión sexual (ETS) que infecta por igual a hombres y mujeres.
Se puede curar fácilmente pero, si permanece sin tratar, puede afectar el sistema reproductivo femenino y dificultar que una mujer quede embarazada en el futuro.
También puede ocasionar un embarazo ectópico (cuando el feto crece fuera del útero) que es una situación de emergencia médica que pone en peligro la vida.
En hombres y mujeres puede causar dolor pélvico crónico.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) estiman que en los Estados Unidos hay 4 millones de diagnósticos de clamidia al año. Pero hay miles de casos que no se registran porque las personas no presentan síntomas, y por eso no se realizan pruebas.
Esta infección tiene una alta incidencia en adolescentes y adultos jóvenes. Una de cada 20 personas de entre 14 y 24 años tiene clamidia.
Las disparidades de raza y étnicas con la infección por clamidia son enormes: los negros no hispanos tienen 5.6 veces más casos que los blancos no hispanos.
También tiene una alta incidencia entre hombres que tienen sexo con hombres (HSH)
El linfogranuloma venéreo (LGV), otro tipo de infección causada por diferentes tipos de la misma bacteria clamidia, ocurre comúnmente en el mundo en desarrollo y ha surgido más recientemente como una causa de brotes de proctitis entre HSH en todo el mundo.
En 2019, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó un alerta, diciendo que cada día se registran en el mundo un millón de nuevos casos de infecciones sexuales (no solo clamidia) que son curables.
Cómo se transmite
La clamidia se transmite por vía sexual, a través del contacto con el pene, la vagina, la boca o el ano de una pareja infectada.
La bacteria pasa a a través de los fluidos corporales, por eso puede ocurrir el contagio sin que haya eyaculación.
También puede transmitirse de madre a hijo, si la madre tiene una infección no tratada. Esto puede causar neumonía. Si el bebé nace con clamidia la infección puede persistir por más de un año, por lo que cuando un infante llega a la consulta con clamidia, el médico debe descartar la posibilidad de abuso.
Jóvenes en más riesgo
Los jóvenes sexualmente activos tienen un alto riesgo de contraer clamidia por una combinación de razones de conducta, biológicas y culturales. Algunos jóvenes no usan condones de manera constante y especialmente los adolescentes pueden pasar de una relación monógama a la siguiente más rápidamente, lo que aumenta el riesgo de transmisión.
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La mayor prevalencia de clamidia entre los jóvenes también puede reflejar múltiples barreras para acceder a los servicios de prevención de ETS, como mantener en secreto si se presentan síntomas, la falta de transporte, el costo y el estigma.
Síntomas
A la clamidia se la conoce como la "infección silenciosa" porque muchas personas tienen la bacteria sin presentar síntomas, lo que la vuelve difícil de diagnosticar.
Las personas con clamidia sin síntomas pueden infectar a otros. Si se tienen síntomas, éstos pueden aparecer varias semanas después de tener relaciones sexuales con una pareja infectada.
Los síntomas en las mujeres incluyen:
- Flujo vaginal anormal, que puede tener un fuerte olor
- Sensación de ardor al orinar
- Dolor durante las relaciones sexuales
- Si la infección se propaga, es posible presentar dolor en la parte baja del abdomen, náuseas o fiebre.
Los síntomas en los hombres incluyen:
- Secreción del pene
- Sensación de ardor al orinar
- Ardor o picazón alrededor de la abertura del pene
- Dolor e inflamación en uno o ambos testículos, aunque esto es menos común
Si la clamidia infecta el recto puede causar dolor rectal, secreción y/o sangrado tanto en hombres como en mujeres.
Diagnóstico
En general, la clamidia se diagnostica con una prueba de orina, y en las mujeres también con un hisopado vaginal. Ambas muestras se envían a un laboratorio para su análisis.
Los CDC indican que hay que hacerse la prueba de clamidia si se presentan síntomas. Y las embarazadas deben realizarse la prueba como parte de la atención prenatal.
Las personas que están en mayor riesgo y que deberían evaluarse cada año son:
- Mujeres sexualmente activas de 25 años o menos
- Mujeres mayores de 25 que tienen nuevas o múltiples parejas sexuales, o que su pareja ha sido diagnosticada con una infección sexual.
- Hombres que tienen sexo con hombres
La infección por clamidia se cura con un curso completo de antibióticos. Puede ser en una solda dosis o en un tratamiento que dure siete días.
La pareja sexual también deberá realizarse la prueba y eventualmente tratarse.
Prevención
- Usar condón (masculino o femenino) en cada relación sexual de principio a fin. Esto minimiza mucho el riesgo de contagio.
- También usarlos durante el sexo oral
- Limitar el número de parejas sexuales
- Tener pruebas regulares
No se debe tener relaciones sexuales durante ls días en los que se esté bajo tratamiento.
Fuentes: CDC, MedlinePlus
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