La fusión espinal es una técnica quirúrgica en la cual se fusionan dos o más vértebras para impedir el movimiento entre ellas.

La fusión espinal se puede recomendar para:

• Curvatura anormal de la columna, como escoliosis o cifosis
• Lesión en las vértebras de la columna
• Protuberancia en los discos que actúan como amortiguadores entre las vértebras (como el deslizamiento de un disco o una hernia del núcleo pulposo)
• Inestabilidad o debilidad de la columna causada por infecciones o tumores

Se hacen diferentes incisiones dependiendo del área que se va a tratar. El acceso se puede hacer ya sea desde la parte frontal anterior, desde la parte posterior o ambas.

En el procedimiento de fusión posterolateral instrumentada, la columna es abordada desde la espalda. Se toma un injerto óseo de la pelvis y se extiende en la porción posterolateral de la columna que se ha de fusionar. Los músculos de la espalda sostienen el injerto en su lugar hasta que se fusiona con las vértebras. La fusión se establecerá en 3 meses y se seguirá fortaleciendo por uno o dos años.

El procedimiento con cajetín de fusión intervertebral utiliza un cilindro hueco de fibra de carbono o de titanio enroscado para fusionar dos vértebras. Se extrae el disco dañado y se colocan dos cajetines intervertebrales en la abertura de donde se ha extraído dicho disco. Estos cajetines se llenan con injerto óseo y el hueso crece a través de los orificios en los cajetines fusionando las vértebras.

Algunas veces, se utilizan tornillos pediculares en una fusión espinal para agregarle soporte y resistencia adicionales a dicha fusión mientras cicatriza. Los tornillos pediculares se colocan por encima y por debajo de las vértebras que fueron fusionadas y se utiliza una varilla para conectarlos, lo cual impide el movimiento y permite que el injerto óseo cicatrice. Después de que la fusión esté completamente cicatrizada, se pueden retirar los tornillos y la varilla, aunque esto no es necesario, a menos que le causen molestia al paciente.