Salud a z

Para el dolor, veneno de caracol cono

Cortesía Professor Richard Lewis, IMB

Por vmerlo@holadoctor.net
Publicado:

En busca de nuevos tratamientos contra el dolor, científicos de la Universidad de Queensland, en Australia, han descubierto en el veneno de un solo tipo de caracol marino (el Conus episcopatus), común en las aguas del litoral australiano, nuevas toxinas peptídicas con el potencial para desarrollar fármacos que ayuden a mitigar el dolor crónico.



Los hallazgos publicados en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, refieren que el veneno de la especie de caracol cono, usado por estos animales para inmovilizar a sus presas, contiene cientos de péptidos (pequeñas proteínas) llamados conotoxina que tendrían un potente efecto analgésico en los seres humanos.

Los caracoles cono cazan y comen presas tales como gusanos, pequeños peces, moluscos y hasta otros caracoles. Debido a que son de movimiento lento, utilizan un arpón venenoso para inmovilizar a sus presas y luego matarla.

Para el estudio, los investigadores encabezados por el profesor Paul Alewood, utilizaron herramientas bioquímicas y bioinformáticas para desarrollar un nuevo método con el que pudieran analizar eficientemente la estructura de las toxinas del veneno, y así, profundizar en su naturaleza y posibilidades farmacológicas.

Usando este nuevo método de precisión, que implicó la medición y el análisis de la estructura, la actividad y la composición de la amplia gama de proteínas contenidas dentro del veneno, los investigadores descubrieron el mayor número de péptidos producidos por un solo caracol cono.

"Este estudio proporciona por primera vez una instantánea de las toxinas que existen en el veneno de un único caracol cono”, señalo Alewwod en información difundida por la institución académica. “El venenos del caracol cono es un complejo cóctel de muchos productos químicos y la mayoría de estas toxinas se han pasado por alto en el pasado", puntualizó.

“También descubrimos seis 'marcos' originales -moléculas en forma de 3D adecuadas para utilizarse como drogas- que esperamos apoyarán el desarrollo de fármacos en el futuro cercano", añadió.

"Anticipamos que hay moléculas mucho más interesantes que se encuentran en el veneno de otras especies, y estamos dispuestos a explorarlas usando nuestro nuevo enfoque", destacó Alewood y dijo que este nuevo método de análisis también se puede utilizar en la investigación de otros venenos de animales, o en campos relacionados, tales como el estudio de la expresión de proteínas de las células.

"Nos ayudará a obtener una mejor comprensión de la biología, buscar patrones de enfermedad o descubrir posibles nuevos fármacos", concluyó.


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Cabe destacar que el primer analgésico derivado de las toxinas de caracoles cono, la ziconotida, fue aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos en diciembre de 2004 bajo el nombre de Prialt. Este fármaco es un bloqueador selectivo de los canales nerviosos que transmiten los signos de dolor. 

Más sobre el dolor

La Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos refiere que el dolor es una sensación provocada por su sistema nervioso. Un dolor agudo indica que usted puede estar lesionado o tener un problema que necesita atención inmediata. El dolor crónico es diferente. Las señales de dolor duran semanas, meses o hasta años. La causa puede haber sido una lesión o una infección. Puede haber una causa continua de dolor, como la artritis o cáncer. Pero en algunos casos no hay una razón específica.

El dolor crónico, generalmente, no tiene cura. Pero hay tratamientos que pueden ayudar. Estos incluyen medicamentos, acupuntura, estimulación eléctrica y cirugía. Otros tratamientos incluyen psicoterapia, relajación y meditación, biofeedback y técnicas de modificación de la conducta.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) refiere que una de cada cinco personas padece dolor crónico de moderado a grave, y una de cada tres no puede mantener un modo de vida independiente debido a las dolencias.

Según cifras de la Academia Nacional de Ciencias el dolor crónico es uno de los trastornos de salud más costosos en Estados Unidos. Afecta a entre 30 y 40 millones de personas, y el costo del tratamiento alcanza 600,000 millones de dólares anuales. El dolor de espalda es uno de los más comunes y provoca un importante ausentismo laboral, malestar y uso de los servicios de salud.