En agosto de 2013 la comediante Rosie O'Donnell se realizó una cirugía para bajar de peso en la que le colocaron una banda gástrica vertical. Desde entonces ha comenzado a adelgazar y ya perdio más de 50 libras (22 kg).
En junio de 2012, la actriz y madre de cinco niños se había casado en una ceremonia privada con el amor de su vida, Michelle Rounds. Según explicó en su momento su representante, Cindi Berger, la boda estaba programada para agosto pero se adelantó porque Rounds tenía que someterse a una cirugía para extraerse unos tumores, consecuencia de una rara enfermedad que padece.
Mientras su flamante esposa estuvo internada, Rosie subió mucho de peso: alcanzó unas 234 libras (106 kilos) con un menú a base de hamburguesas, cheesecake y dulces para combatir el estrés. "Abusé del azúcar igual que como lo hace un adicto a las drogas", confesó.
Esa conducta particular se tomó revancha, ya que al poco tiempo, en el mes de agosto, Rosie sufrió un ataque cardiaco. Según recuerda, comenzó a sentir dolor y náuseas repentinas y consultó por Internet para ver de qué se trataba. Por lo que leyó, reconoció que tenía algunos síntomas de ataque cardíaco, y decidió tomar una aspirina e ir al médico.
Allí le informaron que tenía el 99% de la arteria coronaria bloqueada, a raíz de lo cual le colocaron una endoprotesis vascular o stent, que es un tubo de malla para abrir el paso de la arteria. La actriz escribió, más tarde, que ese tipo de ataque al corazón es llamado "Hacedor de viudas", ya que la mayoría de las veces letal.
Está claro que los hábitos alimentarios de la comediante le causaron varios problemas, entre ellos la afección cardíaca. Por eso es que decidió someterse a la cirugía para bajar de peso.
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Según comentó a People en Nueva York, la cirugía es una herramienta, y no una píldora mágica, pero le dio resultado. En su caso le aplacó el apetito ya que ahora que solo tiene un tercio de su estómago come mucho menos, y cuando salen a cenar con su esposa, pide un solo plato para compartir.
La comediante reveló que su peso actual es de unas 180 libras (81,6 kg) pero su médico quiere que siga bajando hasta llegar a 150 (68 kg) “¡es lo que pesaba en octavo grado!”, comenta entre risas. Mientras tanto sigue haciendo dieta y ejercicio, y baja a razón de 2 libras por semana (900 g).
La cirugía para perder peso previene infartos
Un estudio de la Universidad de Gothenburg realizado en 4,047 personas obesas por más de 15 años encontró que la cirugía bariátrica tiene un 33% menos de tener un infarto y un 55% menos de posibilidades de morir por esa causa.
Otro estudio, realizado en 2013 por el Instituto Bariátrico y Metabólico de la Clínica Cleveland, en Ohio, también logró demostrar los beneficios de las cirugías bariátricas en los pacientes con diabetes tipo 2, que logran beneficios a largo plazo, aún casi 10 años después de someterse a este procedimiento.
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