La diabetes no solo es una epidemia mundial que aumenta cada año: la mitad de quienes la padecen no han sido diagnosticados y, en general, no se toma en cuenta que nuestro propio estilo de vida puede causarla.
Se estima que para el año 2035 habrá más de 592 millones de personas con diabetes en el mundo; actualmente la padecen más de 425 millones. Este aumento está vinculado a malos hábitos alimenticios, sedentarismo y sobrepeso, entre otros factores. “Aproximadamente el 95% de los casos son diabetes tipo 2, que en su mayoría se pueden prevenir mediante la actividad física regular, una dieta sana y equilibrada y la promoción de entornos saludables”, explica Carlos Reguera, cardiólogo y Jefe del área de Medicina Preventiva y Cardiología del Instituto de Neurociencias de Buenos Aires (INEBA).
Hay una relación estrecha entre la diabetes y la enfermedad cardiovascular, por lo que la medicina cardiometabólica resulta clave en su prevención. Esta estudia la interacción entre los procesos metabólicos, cardiovasculares y sus consecuencias y ayuda a prevenir la diabetes tipo 2 y también a diagnosticarla a tiempo.
“Lo que más afecta la salud cardiovascular son los clásicos factores de riesgo: hipertensión, tabaquismo, colesterol y la hiperglucemia, más conocida como diabetes. Estos producen daño vascular progresivo, mediante tres fenómenos fisiopatológicos (inflamación vascular, estrés oxidativo y disfunción endotelial). Aunque en estadios avanzados aparece un cuarto fenómeno, que es la activación plaquetaria, razón por la cual el paciente está predispuesto a presentar un infarto de miocardio o accidente cerebrovascular”, explica Reguera.
La medicina cardiometabólica se anticipa al problema, ya que puede predice el riesgo con exactitud. Antes estas proyecciones eran poco precisas, ahora se hacen de manera objetiva, pues se basan en datos personalizados que permiten diagnosticar precozmente y tratar de forma aún más efectiva.
“Esta especialidad se apoya mucho en la genética y en el riesgo familiar. Es una medicina personalizada y precisa. A diferencia de la medicina convencional que está volcada en el enfermo con riesgo cardiovascular, la medicina cardiometabólica trata a pacientes para disminuir el riesgo en quien pueda tenerlo, envejeciendo de manera saludable. Su foco es la salud, no la enfermedad”, comenta Reguera.
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Las personas con antecedentes familiares de infarto precoz o de diabetes tipo 1, las mujeres premenopáusicas y los fumadores deben buscar un abordaje cardiometabólico para evitar la aparición de la diabetes. Ese mismo abordaje puede optimizar su tratamiento, en caso de que hayan sido diagnosticados y, en consecuencia, mejorar su calidad de vida.
Ocho recomendaciones para prevenirla
La diabetes es uno de los principales factores de riesgo cardiovascular en el mundo y no tiene cura. Sin embargo, como explica el especialista de la institución argentina, a diferencia de la tipo 1, la tipo 2 sí se puede prevenir. Toma en cuenta estas recomendaciones:
- Controla tus niveles de azúcar periódicamente. Hay muchas personas que padecen de síndrome metabólico (considerado prediabetes) y no lo saben, pues suele ser asintomático. Un examen puede detectarlo.
- Evita el sedentarismo. Haz 30 minutos de ejercicio al día, puede ser aeróbico o actividades sencillas como bailar y caminar. La actividad física puede reducir hasta 30% del riesgo de diabetes tipo 2.
- Cuida tu alimentación. Evita las grasas saturadas y come más vegetales, fibras, frutas frescas, granos enteros y pescados (por el omega 3). Come pequeñas porciones y haz varias comidas a lo largo del día (nada de ayunos prolongados, ni saltarte las comidas principales).
- No fumes. El tabaquismo duplica tus posibilidades de desarrollar diabetes.
- Evita el alcohol. En general, las personas asiduas a las bebidas alcohólicas son propensas a aumentar de peso y la obesidad se incrementa el riesgo de diabetes.
- Duerme bien. Tu meta debe ser dormir entre siete y ocho horas al día, así mantienes los niveles de energía altos y reduces los antojos.
- Maneja tu estrés. Las hormonas del estrés alteran directamente los niveles de glucosa en la sangre e incrementan el riesgo de diabetes. Meditación, yoga y música pueden ser tus aliadas, así como cualquier otra actividad que te relaje.
- No olvides tu chequeo anual. Con el paso del tiempo aumentan las posibilidades de sufrir de hipertensión arterial, enfermedades del corazón y, por supuesto, diabetes. A partir de los 45 años, vale la pena hacerte un chequeo anual para prevenir.
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