La diabetes no sólo es una enfermedad crónica común y con graves complicaciones de salud; también es muy costosa. Si la padeces, quizá tu economía esté inmersa en los continuos gastos que requiere comprar insulina y los fármacos orales que se utilizan para bajar y regular los niveles de glucosa (algunos seguros médicos no los cubren al 100%). Para un movimiento llamado biohacking, esto tendría solución preparando insulina casera barata. ¿Es posible?
El biohacking, no ‘hackea’ datos o información, es una práctica cuyo propósito es el acercamiento de la ciencia a la ciudadanía; trasladando los laboratorios de investigación a las cocheras y los hogares, sin empresas de por medio. Se trata de amantes de la ciencia reunidos bajo un movimiento llamado DIYbio, cuyo nombre viene del término DIY (“Do it yourself”, o “hazlo tú mismo”, en español), y para quienes armar un laboratorio casero funcional resultaría ser algo sencillo.
De acuerdo con un artículo publicado en el sitio de National Public Radio (NPR.org) y firmado por Miriam E. Tucker, el concepto de insulina casera es uno de los más recientes objetivos de los biohackers. La idea surgió de Ryan Bethencourt, co fundador de la empresa Indie.Bio con sede en San Francisco, que ofrece financiamiento a nuevas empresas de biotecnología.
Hablando con un amigo y compañero biohacker que tiene diabetes tipo 1 y requiere de la administración de insulina para mantenerse con vida, pagando altísimos costos de su propio bolsillo, Bethencourt se preguntó: "Anthony y yo hemos hablado de esto durante dos años ¿Por qué es tan cara la insulina?".
"La insulina es el primer medicamento que estamos tratando. Es probablemente el fármaco biológico más necesario que conozco", señaló Bethencourt.
Ellos piensan que producir insulina casera no es algo tan difícil, toda vez que los costos de un equipo de laboratorio han bajado considerablemente en los últimos años, y las secuencias de ADN para la insulina humana recombinante y de los análogos son información pública.
Bethencourt quiere usar una plataforma de laboratorio automatizado utilizando la nube, en el que las secuencias de ADN insertadas en bacterias se podrían usar para producir insulina a un costo mucho más bajo que el producto comercial.
"Vamos a empezar diciendo que es la investigación solamente, y ponerla a disposición de todos los biohackers y cualquier investigador que quiera insulina de código abierto", precisó Bethencourt.
"Al principio, no va a ser segura. Es por eso que tenemos que hacer que esté disponible para que otras personas pueden desarrollar formas de garantizar que sea segura", reconoció. "Queremos conseguir al menos el mismo nivel de seguridad de los agentes terapéuticos actuales. Nos queremos usar la misma tecnología. Sólo estamos tratando de hacerlo más barato”, añadió.
Si bien por ahora, la posibilidad de una insulina casera solo es una declaración, para el Dr. Marcus Hompesch (citado en el artículo de Miriam E. Tucker), presidente, delegado consejero y fundador del Instituto de Investigación Clínica Profil, Inc. en San Diego, California, la idea es irresponsable y temeraria.
La fabricación de insulina, cualquier péptido o cualquier biológico es un asunto muy complejo y muy peligroso para los pacientes, aseguró. Hompesch explicó que la fabricación de insulina humana recombinante es un proceso de varios pasos y un paso en falso puede tener muchos riesgos, se puede contaminar o no ser tratada adecuadamente y desencadenar una respuesta inesperada en los pacientes, advirtió.
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Además, dijo, los pacientes podrían tener que realizar cambios significativos en sus dosis, lo que podría afectar negativamente a su control de la diabetes.
Hompesch señalo que la posibilidad de una insulina casera es algo que preocupa, toda vez que es algo realmente posible. "Prácticamente, se puede hacer", dijo. "El obstáculo tecnológico podría ser superado". Conseguir que se haga bien no es algo trivial, enfatizó. "Como médico e investigador no me gustaría ver a un gran experimento de biohacking en pacientes", sostuvó.
Cerca de 6 millones de personas en los EE.UU. usan insulina y toda la insulina disponible se produce en laboratorios. De acuerdo con la Asociación Americana de Diabetes (ADA, por sus siglas en inglés), en EE.UU. se venden más de 20 tipos de insulina. Existen diferencias en la manera en que se producen, el efecto que tienen en el cuerpo y su precio. Tu médico te puede ayudar a encontrar el tipo correcto para tus necesidades de salud y estilo de vida.
Tipos de insulina
La insulina de acción rápida comienza a surtir efecto 15 minutos después de la inyección, tiene su máximo efecto al cabo de una hora y es eficaz durante dos a cuatro horas. Tipos: Insulina glulisina (Apidra), insulina lispro (Humalog) e insulina aspart (NovoLog)
La insulina regular o de acción breve generalmente llega al flujo sanguíneo 30 minutos después de la inyección, tiene su máximo efecto de dos a tres horas después de la inyección y es eficaz durante aproximadamente tres a seis horas. Tipos: Humulin R, Novolin R.
La insulina de acción intermedia generalmente llega al flujo sanguíneo aproximadamente dos a cuatro horas después de la inyección, tiene su máximo efecto de cuatro a doce horas después de la inyección y es eficaz durante aproximadamente doce a dieciocho horas. Tipos: NPH (Humulin N, Novolin N)
La insulina de acción prolongada generalmente llega a la sangre varias horas después de la inyección y tiende a mantener bajo el nivel de glucosa durante un periodo de 24 horas. Tipos: Insulina detemir (Levemir) e insulina glargina (Lantus).
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