La depresión es una enfermedad clínica severa que puede interferir en el desarrollo de la vida cotidiana. En un intento por combatirla un estudio analizó el consumo de chocolate amargo en más de 13,000 participantes y encontró que este reduciría las probabilidad de padecer síntomas depresivos.
La depresión es una condición que se caracteriza por episodios de tristeza y desesperanza, irritabilidad o frustración, problemas de sueño, cansancio, ansiedad y dificultades para concentrarse o tomar decisiones.
Actualmente es el principal responsable de discapacidad en el mundo y solo en EE. UU. afecta a más de 19 millones de niños y adultos.
Los profesionales suelen tratarla con terapias de conversación o psicoterapias, y medicación recetada. Sin embargo, estas prácticas presentan problemas, ya que, como informa Mental Health America (MHA), solo un 35% de las personas que sufren depresión en EE. UU. busca ayuda con profesionales de salud mental. Además, aproximadamente la mitad de las personas que reciben una receta para antidepresivos dejan de tomarlos dentro de las 6 semanas de comenzar el tratamiento.
Por ello, se desarrolló un interés por encontrar soluciones a partir de aspectos básicos de la rutina de los pacientes, entre ellos, su alimentación:
- Investigadores de la Universidad Rush, en Chicago, encontraron que incorporar los Enfoques Dietéticos para Detener la Hipertensión, mejor conocidos como dieta DASH, reduciría en un 11% el riesgo de tener depresión, en comparación a las personas que no la consumían.
- Especialistas de la Escuela de Medicina Icahn, en Nueva York, hallaron que el resveratrol, un antioxidante presente en las uvas, mejoraría la resistencia al estrés, atenuando los cambios cerebrales relacionados con la depresión.
- La Universidad Abierta de Grecia, mostró en un reciente trabajo una asociación entre consumir una dieta mediterránea y un menor riesgo de depresión.
Ahora, el nuevo trabajo del University College London encontró que quienes comen chocolate amargo tendrían menos riesgo de estar deprimidos. Sus hallazgos se publicaron en Depression & Anxiety.
Aliado para la salud mental
Como señalamos, intervenir en la alimentación para reducir los síntomas depresivos es una práctica muy común. Sin embargo, son pocos los estudios que analizaron si el chocolate podía elevar el estado de ánimo de una manera clínicamente relevante, y, generalmente, sus resultados fueron mixtos.
Por eso, los autores del nuevo trabajo se valieron de encuestas sobre salud y nutrición en EE. UU., para examinar datos de 13,626 participantes mayores de 20 años. Tuvieron en cuenta muchas variables, como el peso, altura, estado civil, etnia, nivel de educación, ingresos, hábitos insalubres, como el tabaquismo, y otras afecciones médicas, como la diabetes.
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También analizaron los síntomas depresivos utilizando el cuestionario de salud del paciente, una herramienta de diagnóstico estándar para los trastornos de salud mental. La información sobre el consumo de chocolate se obtuvo a través de entrevistas cara a cara o telefónicas.
Los investigadores encontraron que 1.332 (11,1%) participantes informaron haber comido chocolate y, de estos, 148 eligieron el amargo. Las personas que comieron chocolate eran más propensas a ser caucásicas y tener un mayor ingreso familiar. También tenían menos probabilidades de fumar o tener obesidad.
Aunque los investigadores concluyeron que, en general, no existía una asociación entre el consumo de chocolate y una reducción de los síntomas depresivos, esta situación cambió cuando observaron específicamente el consumo de la variante amarga.
"Los individuos que informaron cualquier consumo de chocolate amargo tenían un 70% menos de probabilidades de informar síntomas depresivos clínicamente relevantes, que aquellos que no informaron ningún consumo de chocolate", explicaron los especialistas.
Precauciones
Aunque los resultados se mostraron positivos, los autores advirtieron que este trabajo fue observacional y que, a pesar de que se analizaron a más de 13,000 personas, la muestra en la que se vio el vínculo es muy pequeña (148 participantes).
"Se requiere más investigación para aclarar la dirección de la causalidad: podría ser el caso de que la depresión haga que las personas pierdan su interés en comer chocolate, o podría haber otros factores que hagan que las personas sean menos propensas a comer chocolate amargo y deprimirse", afirmó la doctora Sarah Jackson, autora principal de la investigación.
Jackson concluyó que incluso si se llegara a establecer una relación causal, necesitarán realizar más trabajos para comprender los mecanismos biológicos detrás de esta asociación, y determinar el "tipo y cantidad de consumo de chocolate para una prevención y manejo óptimo de la depresión".
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