La llama, muchas veces confundida con el guanaco o la alpaca, es un camélido sudamericano muy aprovechado por su carne y lana. Ahora, un reciente estudio encontró que también podría utilizarse su sangre, específicamente los anticuerpos, para combatir al nuevo coronavirus.
Los autores del nuevo trabajo, un grupo de especialistas belgas y estadounidenses, llegaron a esta conclusión con la ayuda de Winter, una llama de cuatro años que vive en una granja en Bélgica y fue seleccionada para investigar sus anticuerpos. Estas son proteínas que produce el sistema inmunológico para atacar a diferentes antígenos, como virus, bacterias o alérgenos.
Originalmente, los anticuerpos de Winter se estudiaron contra varios tipos de coronavirus, como el SARS y MERS, con resultados positivos. Pero, mientras los autores se encontraban preparando la publicación de sus hallazgos, surgió la nueva pandemia. Por ello, decidieron estudiar si estos mismos anticuerpos también podían neutralizar al virus que causa la enfermedad por coronavirus (COVID-19). Y así fue, según detallaron en su trabajo publicado en Cell.
No es la primera vez que se recurre a las llamas para investigar el uso de sus anticuerpos. Por ejemplo, en 2014 se identificaron cuatro anticuerpos capaces de anular la capacidad del Virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) para infectar ciertas células, conocidas como CD4, que se encargan de combatir infecciones, previniendo la vulnerabilidad del organismo hacia diferentes enfermedades.
Las personas solo producen un tipo de anticuerpo, mientras que las llamas producen dos. Uno de estos anticuerpos es similar en constitución y tamaño a los anticuerpos humanos, pero el otro es más pequeño, equiparable solo al 25% del tamaño de los anticuerpos humanos, según detalló The New York Times.
Esto le permitiría acceder a las pequeñas hendiduras de las proteínas que permiten que ciertos virus, como el nuevo coronavirus, rompan la célula huésped y nos infecten. Acción que los anticuerpos humanos no pueden concretar.
Efectividad de los anticuerpos
Uno de los autores del nuevo estudio, Xavier Saelens, virólogo molecular de la Universidad de Gante en Bélgica, señaló que, además de presentar esos beneficios, los anticuerpos de las llamas también son fácilmente manipulables. Pueden unirse o fusionarse con otros anticuerpos, incluyendo los humanos, y permanecer estables.
Queremos Conocer su Opinión
¿Cómo califica el contenido que acaba de leer/ver?
¿Qué tanto me motiva a vivir saludable?
Yo soy...
Proveedor de Salud
Administrador o Recursos Humanos – Empresa
Asegurado
Corredor de Seguros
Ninguna de las Anteriores
Este anticuerpo es una característica genética que también presentan otros camélidos, como los guanacos, alpacas o dromedarios. Incluso los tiburones, aunque no son dóciles como las llamas para realizar este tipo de investigaciones. Por eso, algunos expertos no descartan la posibilidad de nuevos estudios con estos animales en un futuro.
"Este tipo de ensayos con anticuerpos de camélidos sudamericanos, alpacas y llamas se hacen desde hace mucho tiempo y hoy se abren posibilidades para ver su efectividad contra el virus SARS-CoV-2 que causa la COVID-19", señaló en una publicación de La Tercera el doctor Luis Raggi, del Departamento de Ciencias Biológicas Animales, de la Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias de la Universidad de Chile.
Y agregó: "Los camélidos producen dos tipos de anticuerpos, unos muy parecidos a los de otras especies animales y el humano, y otros llamados nano anticuerpos, que son aerosolizables y por ello inhalados, por lo que se cree que pueden ejercer un efecto directo sobre el virus en los pulmones. Estos anticuerpos han sido efectivos en otros coronavirus y bloquean a la proteína espiga que es la que permite que ingresen a las células".
Los autores del nuevo trabajo buscan que sus hallazgos permitan que los anticuerpos de las llamas puedan utilizarse para prevenir infecciones. Señalaron que no se espera desarrollar una vacuna con los anticuerpos, sino un tratamiento que permita obtener efectos inmediatos, aunque reconocen que la protección solo duraría uno o dos meses.
Por lo pronto, se necesitan nuevos ensayos para verificar la seguridad y efectividad de utilizar anticuerpos de llamas en humanos. "Aún hay mucho trabajo que hacer para tratar de llevar esto a la clínica", concluyó Saelens.
© 2024 Pan-American Life