El zinc, también llamado cinc, es un mineral esencial para las personas y ciertos animales. Esto se debe a que interviene en el metabolismo de proteínas y estimula la actividad de aproximadamente 300 enzimas.
También es reconocido por sus efectos sobre el funcionamiento del sistema inmunitario, por lo que, en el último año, algunos investigadores deslizaron la posibilidad de que sea una buena opción para combatir al nuevo coronavirus (SARS-CoV-2).
Pero ¿qué tan cierta es esa afirmación? Aquí vamos a repasar que dice la ciencia y exponer sus verdaderas bondades.
A mediados del 2020 cobró fuerza la creencia de que ciertos suplementos, especialmente los de zinc y vitamina C, ayudaban a las personas hospitalizadas por COVID-19.
Trabajos, como el dirigido por el doctor Roberto Güerri Fernández, cuyos hallazgos se presentaron en la European Society of Clinical Microbiology and Infectious Disease (ESCMID), señalaban que los pacientes hospitalizados con COVID-19 cuyos niveles de zinc en sangre eran bajos, tendían a mostrar peores resultados en comparación con aquellos pacientes que tenían niveles más saludables.
Aunque algunos profesionales explicaron que esta relación podría deberse a que los bajos niveles de zinc en el cuerpo se correlacionan con una mayor inflamación durante la infección (empeorando los síntomas), lo cierto es que nunca se probó una causalidad.
Recientemente, un estudio publicado en JAMA Open Network que incluyó a 214 adultos, comparó el suministro de complementos de vitamina C (8000 mg), complementos de zinc (50 mg), una combinación de ambos y la atención usual contra la COVID-19.
Los resultados fueron claros: no hubo ninguna diferencia significativa entre los cuatro grupos de pacientes.
"Cuando comenzamos este ensayo, no había investigación que respaldara el uso de la terapia con complementos para la prevención ni el tratamiento de los pacientes con COVID-19", dijo el doctor Milind Desai, autor del estudio.
Y agregó: "Con la pandemia propagándose por todo el mundo, tanto la comunidad médica como los consumidores se apresuraron a comprar complementos que creían que podían prevenir la infección, o aliviar los síntomas de la COVID-19. Sin embargo, la investigación apenas se está poniendo al día".
Desai también advirtió que, aunque el zinc y la vitamina C resultaron inefectivos como tratamiento cuando se compararon a nivel clínico con la atención estándar, continúa el estudio de otros agentes terapéuticos.
Beneficios del zinc
Veamos que propiedades del zinc están estudiadas por la ciencia:
¿Fortalece el sistema inmunitario?
La estimulación del sistema inmunitario es una de las propiedades del zinc más reconocidas. El consumo de este mineral suele vincularse a la prevención de resfriados, pérdida ósea, ceguera nocturna, alopecia, fatiga crónica, infertilidad, y trastornos de próstata.
También parece promover la síntesis de proteínas y el crecimiento celular. Según mostró una revisión sobre siete estudios, consumir entre 80 y 92 mg de zinc por día (dosis alta) puede reducir la duración del resfriado común hasta en un 33%, acortar la duración de síntomas como los de la gripe y contribuir a la recuperación de ambas condiciones.
Pero, los investigadores advierten que el zinc no es una solución mágica. En algunos casos posee propiedades y efectos prometedores, mientras que en otros casos hay aspectos que se deben aclarar e incluso existen contradicciones.
Para aprovechar sus propiedades, se aconseja utilizarlo como complemento de una alimentación saludable, junto a ejercicio regular y correctos patrones de sueño.
¿Ayuda a perder peso?
La creencia de que el zinc puede ayudar a controlar o incluso perder peso creció significativamente en los últimos años.
La evidencia científica muestra que esto podría deberse a que provoca la disminución del apetito, aumentando la sensación de saciedad y extendiendo los períodos entre comidas.
También podría cumplir un rol en la manipulación de la hormona grelina, encargada de indicar al cuerpo cuando debemos comer, y de la hormona leptina, encargada de indicar al cuerpo cuando comimos suficiente.
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¿Combate el acné?
Distintas investigaciones llegaron a la conclusión de que el zinc cumple un rol importante en la regulación de la producción de testosterona, así como en la síntesis de colágeno.
Estos son claves para normalizar la presencia de grasa debajo de la piel, mejorando así la salud cutánea y previniendo la aparición de trastornos comunes, como el acné, las espinillas o el eccema.
¿Protege la salud mental?
Existe evidencia que vincula al zinc con beneficios sobre el funcionamiento mental, garantizando la función adecuada de los neurotransmisores.
Los expertos creen que esto se debe a que se encuentra en grandes cantidades en la zona del hipocampo, región del cerebro donde se controlan los pensamientos y la memoria.
También existe evidencia preliminar sobre sus propiedades potenciadoras del gusto y olfato.
¿Dónde conseguir zinc?
Puedes incorporar zinc en tu dieta fácilmente con los siguientes alimentos:
- Ostras (una de las mejores fuentes de zinc).
- Carnes: de res, cerdo, cordero, y aves de corral.
- Pescados y mariscos.
- Granos leguminosos.
- Cereales fortificados.
- Frutos secos.
- Lácteos.
- Huevos.
- Champiñones.
- Chocolate amargo.
Las frutas y vegetales no son buenas fuentes para obtenerlo, ya que el zinc en las proteínas vegetales no tiene tanta biodisponibilidad para el ser humano como en las proteínas animales.
Si tienes una alimentación saludable y equilibrada no tendrás problema para incorporar suficiente zinc.
Algunos grupos especiales, como los alcohólicos, vegetarianos o madres embarazadas y lactantes pueden presentar dificultades para obtener este mineral y sufrir deficiencias de zinc.
En estos casos, profesionales de la salud deberán determinar si son necesarios suplementos para cubrir esa insuficiencia.
Dosis de zinc
Las siguientes dosis diarias de suplementos por vía oral han sido estudiadas en investigaciones científicas, según informa la Base Exhaustiva de Datos de Medicamentos Naturales:
- Niños y hombres de 14 años en adelante: 11 mg.
- Mujeres de 14 a 18 años embarazadas: 13 mg
- Mujeres de 19 años en adelante: 8 mg
- Mujeres de 19 años en adelante embarazadas: 11 mg.
- Mujeres de 14 a 18 años lactantes: 14 mg.
- Mujeres de 19 años en adelante lactantes: 12 mg.
Además de consumirse por vía oral, el zinc se puede aplicar sobre la piel o ser inyectado en vena, siempre bajo la supervisión de un profesional de la salud.
El consumo de suplementos de zinc se asoció a diferentes efectos secundarios, como indigestión, náuseas, vómitos, diarrea, y dolores de cabeza.
Para recordar:
Hasta contar con evidencia científica significativa proveniente de ensayos en humanos, las personas interesadas en utilizar terapias a base de hierbas y suplementos deben tener mucho cuidado.
No abandones ni modifiques tus medicamentos o tratamientos, antes habla con el doctor sobre los potenciales efectos de las terapias alternativas o complementarias.
Recuerda, las propiedades medicinales de las hierbas y suplementos también pueden interactuar con los fármacos recetados, con otras hierbas y suplementos, e incluso alterar tu dieta.
Fuentes consultadas: Base Exhaustiva de Datos de Medicamentos Naturales, Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Clínica Mayo, Instituto Nacional de Medicina Complementaria y Alternativa.
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