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Muchos creen que los genes no pueden modificarse, pero una dieta saludable ayudaría a cambiar el funcionamiento de un gen, identificado como 9p21, relacionado con el padecimiento de enfermedades cardíacas, encontró un nuevo estudio llevado a cabo por las universidades McMaster y McGill en Canadá.

El estudio dio seguimiento a 27,000 pacientes, y en él se encontró que aquellos que tenían la variación genética 9p21 pero que consumían al menos dos porciones de frutas y vegetales crudos al día podían anular el riesgo que implicaba este gen, el cual puede elevar el riesgo de enfermedad cardíaca hasta alrededor de un 40%.

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"A pesar de tener una predisposición genética para un alto riesgo de enfermedades cardíacas, encontramos que un estilo de vida saludable puede "apagar" los efectos de este gen", explica la Dra. Sonia Anand, profesora de medicina y epidemiología en la Universidad McMaster.

Poca gente sigue la recomendación de comer cinco porciones de fruta y verdura, pero la Dra. Anand espera que este hallazgo motive a la gente a hacer cambios en su estilo de vida: "el riesgo no está determinado, aún si hay una predisposición genética se puede hacer algo para reducirlo", puntualiza.

Además, para el Dr. Phil Ragno, del Hospital de la Universidad Winthrop en Nueva York, una dieta y un estilo de vida saludables servirían para modificar el funcionamiento de otros genes, no sólo los relacionados con problemas cardíacos: “podríamos contrarrestar el riesgo que algunos genes y cromosomas ponen en nosotros”, asegura.

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