Hay una cierta tendencia a creer que los antioxidantes previenen el cáncer, e incluso, se venden suplementos con esta sustancia y estas promesas. El Instituto nacional del Cáncer informa qué hay de verdad y de mito en esta afirmación. Pero primero, conviene explicar algunos términos.
¿A qué se llama antioxidantes? Son sustancias químicas que interactúan y neutralizan a los radicales libres, impidiendo así que éstos causen daños. Los antioxidantes también se conocen como "carroñeros de los radicales libres".
Los radicales libres son productos químicos altamente reactivos que tienen el potencial de dañar las células. Se forman naturalmente en el cuerpo y juegan un papel importante en muchos procesos celulares normales, sin embargo, en altas concentraciones, los radicales libres pueden ser peligrosos para el cuerpo y dañar todos los componentes principales de las células, incluidos el ADN, las proteínas y las membranas celulares. El daño -especialmente al ADN- puede jugar un papel en el desarrollo del cáncer y otras condiciones de salud.
Para neutralizar el efecto de los radicales libres, el cuerpo produce algunos de los antioxidantes necesarios. Sin embargo, el cuerpo depende de fuentes externas (exógenas), principalmente de la dieta, para obtener el resto de los antioxidantes que necesita. Las frutas, verduras y granos son fuentes ricas en antioxidantes. Además, algunos antioxidantes de la dieta también están disponibles en forma de suplementos dietéticos.
Los ejemplos de antioxidantes dietéticos incluyen betacaroteno, licopeno y vitaminas A, C y E (alfa-tocoferol). El elemento mineral selenio a menudo se cree que es un antioxidante dietético, pero los efectos antioxidantes del selenio se deben probablemente a la actividad antioxidante de las proteínas que tienen este elemento como componente esencial (es decir, proteínas que contienen selenio) y no al selenio en sí mismo.
¿Qué ha comprobado la ciencia hasta ahora?
En estudios de laboratorio y en animales, se ha demostrado que la presencia de mayores niveles de antioxidantes previene los tipos de daño por radicales libres que se han asociado con el desarrollo del cáncer. Por lo tanto, los investigadores han analizado si tomar suplementos de antioxidantes en la dieta puede ayudar a reducir el riesgo de desarrollar cáncer en las personas, o si disminuyen el riesgo de morir a causa del cáncer.
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Al respecto, se han llevado a cabo muchos estudios observacionales, que incluyen casos y controles para investigar esta teoría.
En general, estos estudios han arrojado resultados mixtos. Hasta la fecha, se han realizado en todo el mundo nueve ensayos controlados aleatorios sobre suplementos de antioxidantes dietéticos para la prevención del cáncer, en grupos mixtos y variados de personas, a corto, mediano y largo plazo. Muchos de los ensayos fueron patrocinados por el Instituto Nacional del Cáncer. Los resultados son los siguientes: en ocho de esos estudios, los suplementos de antioxidantes no previnieron el desarrollo del cáncer ni evitaron o retardaron la muerte por esta causa.
Sin embargo, en un estudio francés, donde se analizó el efecto de la suplementación diaria con vitamina C (120 mg), vitamina E (30 mg), betacaroteno (6 mg) y los minerales selenio (100 μg) y zinc (20 mg) durante una media de 7.5 años en personas adultas, arrojó como resultado una menor incidencia total de cáncer y sobre todo de cáncer de próstata y una menor mortalidad por todas las causas, pero sólo entre los hombres.
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