Georgia Marrison, una joven británica de 18 años de edad murió de cáncer de estómago, un diagnóstico equivocado confundido con un desorden alimentario impidió que recibiera tratamiento, cuando el cáncer fue detectado, ya se había diseminado a otras partes de su cuerpo.
Georgia, quien iba a estudiar literatura inglesa en la Universidad de Thomas Rotherham, South Yorkshire, comenzó a sufrir cansancio, vómito persistente y pérdida de peso. En un principio fue con un médico de la localidad de Sheffield, al norte de Inglaterra para saber lo que le pasaba, sus síntomas fueron atribuidos a una severa anemia. La pérdida de peso, le dijo el médico a su madre, es por el deseo de ser tan “delgada como un insecto”, como la mayoría de las adolescentes. El doctor le prescribió pastillas de hierro, pero sus síntomas empeoraron.
En realidad, la joven estaba sufriendo de una forma agresiva de cáncer de estómago. Fue sólo después de que su madre la llevo al Hospital General del Norte de Sheffield e insistió en que sometieran a su hija a más pruebas médicas, que descubrieron que lo tenía y que ya había hecho metástasis en los ojos y ovarios, además había contraído meningitis. Georgia fue diagnosticada el 21 de septiembre y dos meses después, el 11 de noviembre, falleció.
"No digo que los médicos podrían haber salvado a Georgia porque el cáncer era muy agresivo, pero mi punto es que fue ignorada muchas veces por ser adolescente y eso no puede ocurrir", expresó Joanne, la madre de la joven al diario británico Daily Mail que publicó la historia.
"Nosotros tenemos un Centro contra el Cáncer Adolescentes en Sheffield, así que eso significa que es una enfermedad que está más extendida. Si los médicos van a ignorar las señales de los pacientes porque tienen 18, 19 o 20 años, es un error", añadió.
Joanne, de 51 años, ahora está tratando de hacer conciencia entre los padres y médicos a prestar mayor atención a los síntomas obvios de cáncer en la adolescencia. "Me sentí abandonada por los médicos y no tenía nadie a quien acudir", recordó.
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El cáncer de estómago (que también se llama cáncer gástrico) es el crecimiento de células cancerosas en el recubrimiento y en la pared del estómago. A veces, puede crecer en el estómago durante mucho tiempo antes de que provoque síntomas. En las primeras etapas, el cáncer de estómago puede tener síntomas como: indigestión, molestia o acidez estomacal, náuseas, pérdida del apetito o fatiga.
En etapas más avanzadas se pueden presentar síntomas como: sangre en las heces de color negruzco, sensación de abotagamiento después de comer, incluso al comer una pequeña cantidad, vómitos después de las comidas, pérdida de peso involuntaria, dolor de estómago, en especial después de las comidas, debilidad y fatiga.
De acuerdo con la Sociedad Estadounidense de Oncología Clínica, se estima que este año se diagnosticará cáncer de estómago a 22,220 personas (13,730 hombres y 8,490 mujeres) en los Estados Unidos. Calcula que este año se producirán 10,990 muertes (6,720 hombres y 4,270 mujeres) a causa de esta enfermedad.
El cáncer de estómago ocurre con mayor frecuencia en personas mayores de 55 años. La mayoría de las personas con diagnóstico de cáncer de estómago tienen entre 60 y 70 años. El cáncer puede originarse en cualquier parte del estómago y diseminarse a los ganglios linfáticos cercanos y a otras partes del cuerpo, como hígado, huesos, pulmones y ovarios.
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