Actualmente no hay cura para las alergias alimentarias, sin embargo, científicos del Centro Médico del Hospital Infantil de Cincinnati, en Estados Unidos, descubrieron un gen que podría estar detrás de la llamada esofagitis eosinofílica (EOE) y que abriría la puerta para el desarrollo de nuevas estrategias terapéuticas.
La esofagitis eosinofílica es un trastorno inflamatorio crónico del esófago provocado por hipersensibilidad alérgica a ciertos alimentos y que puede causar una variedad de síntomas gastrointestinales que incluyen: reflujo, dificultad para tragar, cicatrización del tejido, fibrosis, formación de estenosis y otras complicaciones médicas. Los alimentos alérgenos más comunes son las proteínas que se encuentran en la leche de vaca, huevos, maní, trigo, soja, pescado, mariscos y nueces.
De acuerdo con lo publicado en Nature Genetics, los investigadores hallaron que cuando las células epiteliales (las que ayudan a formar la membrana del esófago) fueron expuestas a un activador molecular, una hormona inmune llamada interleuquina 13 (IL-13), causó un dramático incremento del gen CAPN14.
El CAPN14 codifica una enzima del esófago que es parte del proceso de la enfermedad denominada calpain14. "Éste es un gran avance para esta condición y nos da una nueva manera de desarrollar estrategias terapéuticas mediante la modificación de la expresión de caplain14 y su actividad", destacó Marc E. Rothenberg, investigador principal del trabajo.
El estudio es el resultado de años investigación y del análisis de 2.5 millones de variantes genéticas en miles de individuos con y sin la enfermedad, lo que permitió a los autores identificar la susceptibilidad genética en el gen CAPN14 y aprender que CAPN14 se expresa específicamente en el esófago, en comparación con otros 130 tejidos del cuerpo analizados.
La investigación incluye el desarrollo de nuevos sistemas de modelado para la enfermedad, y es fruto de una amplia colaboración multiinstitucional de expertos a través de los Institutos Nacionales de la Salud del Consorcio de Alergia Alimentaria.
La alergia alimentaria
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Según la Academia Americana de Alergia, Asma e Inmunología (AAAAI, por sus siglas en inglés) las alergias son el resultado de una reacción que comienza en el sistema inmunológico. Por ejemplo, si usted tiene alergia al huevo, su sistema inmunológico identifica como alérgena a una proteína que se encuentra en el huevo. Su sistema inmunológico reacciona produciendo anticuerpos llamados Inmunoglobulina E (IgE). Estos anticuerpos se adhieren a las células de su piel, pulmones y tubo digestivo (TD). Si usted entra en contacto con el alérgeno nuevamente, las células liberan químicos, incluso histaminas, que producen síntomas de alergia alimentaria como picazón, ronchas, inflamación, diarrea, sibilancia y una reacción potencialmente mortal llamada anafilaxia. Sin un tratamiento inmediato –una inyección de epinefrina y atención médica en un hospital– la anafilaxia puede ser fatal.
Existe una diferencia entre la alergia alimentaria y la intolerancia alimentaria. La alergia alimentaria involucra al sistema inmunológico, mientras que la intolerancia alimentaria –por ejemplo, la intolerancia a la lactosa– no lo involucra. La intolerancia alimentaria generalmente involucra al tubo digestivo, lo que causa síntomas desagradables como dolor abdominal, náuseas, vómitos y diarreas, pero sin riesgo de anafilaxia.
Actualmente no hay cura para las alergias alimentarias, pero hay muchos tratamientos prometedores que se están evaluando. Para tratar las alergias alimentarias es clave evitar los alimentos negativos, informarse y estar preparados.
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