En mayo fue aprobado el uso de Lucemyra, un medicamento que puede mitigar los síntomas de abstinencia que causa la adicción a los opioides. Es un avance en la búsqueda de soluciones a la crisis que se vive en Estados Unidos por el abuso de estas sustancias, sin embargo, los especialistas dicen que un fármaco solo no resolverá el problema de la dependencia en los individuos.
"Como parte de nuestro compromiso de apoyar a los pacientes que luchan contra la adicción, nos dedicamos a fomentar enfoques innovadores para ayudar a mitigar los desafíos fisiológicos que presentan los pacientes cuando dejan de tomar opioides", dijo en un comunicado Scott Gottlieb, comisionado de la Administración de alimentos y Medicamentos (FDA), a propósito de la aprobación del fármaco.
Lucemyra es el primer medicamento indicado para tratar los síntomas de abstinencia por adicción a los opiáceos en adultos, como ansiedad, agitación, problemas para dormir, dolores musculares, secreción nasal, sudoración, náuseas, vómitos, diarrea y ganas de consumir la droga. Estos síntomas se presentan después de suspender o reducir el uso de opioides en cualquier persona con dependencia y son una respuesta fisiológica.
“El miedo a experimentar síntomas de abstinencia a menudo impide que aquellos que sufren de adicción a los opioides busquen ayuda. Y aquellos que buscan ayuda pueden recaer debido a los continuos síntomas de abstinencia”, explicó Gottlieb.
Tras el anuncio de la FDA han surgido dudas de todo tipo y las redes sociales han sido el espacio elegido por muchos para plantearlas. Una de las inquietudes la plantea este psicólogo experto en adicciones, quien plantea que hay muchos mitos sobre las tácticas y estrategias para abordar el problema y presume que Lucemyra podría ayudar.
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Qué dicen los expertos
Adam Bisaga, profesor de psiquiatría en el Centro Médico Irving de la Universidad de Columbia, dijo a Psychiatric News, servicio de noticias de la Asociación Americana de Psiquiatría) que esta aprobación es significativa, ya que amplía las opciones para los pacientes con trastorno por uso de opioides. "En este momento, hay dos vías muy claras para tratar a los pacientes con trastornos por opiáceos. El primero es hacer la transición a un medicamento opioide recetado como la metadona o la buprenorfina. El otro es desintoxicarlos, y luego prescribir naltrexona para evitar recaídas".
Anteriormente, para tratar los síntomas de un paciente con abstinencia por los opiáceos, se prescribía clonidina, que es una medicamento para la hipertensión. Kyle Kampman, profesor de psiquiatría de la Universidad de Pensilvania explicó que con la lofexidina, que es el componente de Lucemyra, el paciente estará menos propenso a bajar la presión sanguínea y la frecuencia cardíaca.
Bisaga agregó que "lo que a menudo se pierde al hablar sobre esta aprobación es que las personas no pueden desconectar la desintoxicación de la terapia de recaída. Solo ayudar a alguien a desintoxicarse no se considera un tratamiento para la dependencia de opiáceos, especialmente hoy en día cuando los opiáceos son tan potentes".
Una vez que la persona libera su cuerpo de opiáceos, tiene un mayor riesgo de muerte si vuelve a tomarlos porque su cuerpo no puede tolerarlos en los niveles que solía tomar.
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