¿Alguna vez escuchaste que la enfermedad podría ser la cura? Una reciente investigación parece ejemplificar esta situación, ya que encontró que un medicamento a base de cannabis podría contrarrestar la dependencia.
La marihuana medicinal goza de una buena reputación debido a que algunos de sus compuestos podrían ayudar a tratar o prevenir ciertos malestares, como epilepsia, ansiedad, Parkinson, Alzheimer, esclerosis, enfermedades inflamatorias o psicosis, y como complemento para algunos tratamientos, como la quimioterapia.
Sin embargo, la evidencia señala que muchas personas que usan este medicamento, especialmente cuando lo fuman, desarrollan síntomas de dependencia. Actualmente se estima que un 10% de la población estadounidenses mayor de 12 años consume marihuana de forma recreativa o con fines medicinales.
El Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA) informa que la dependencia desencadena una necesidad compulsiva por la marihuana. La abstinencia a ella genera irritabilidad, dificultades al dormir, problemas de temperamento, falta de apetito, antojos, intranquilidad y/o varias molestias físicas, especialmente tras las primeras semanas de haber dejado de usar marihuana.
Por este motivo, los tratamientos existentes para la dependencia del cannabis no siempre son eficaces. Sin embargo, un grupo de especialistas de la Universidad de Sydney y el Ministerio de Salud de Nueva Gales del Sur, en Australia, desarrolló y probó un medicamento a base de cannabis que sería más eficaz que las terapias existentes. Sus hallazgos se publicaron en JAMA Internal Medicine.
El nuevo medicamento tiene nabiximoles, partes iguales de tetrahidrocannabinol (THC) y cannabidiol (CBD). Ambos son compuestos de la planta de cannabis, llamados cannabinoides, que activan receptores que regulan nuestro humor, apetito, memoria y dolor. El THC es psicoactivo, por lo que produce efectos eufóricos o disfóricos, mientras que el CBD sería capaz de bloquear esa psicoactividad.
Una nueva opción
Junto a su equipo, Lintzeris probó el medicamento en 128 voluntarios, 30 mujeres y 98 hombres, con una edad promedio de 35 años. Todos los participantes eran consumidores recreativos de cannabis que habían buscado sin éxito tratamiento por su dependencia.
Los investigadores administraron el medicamento a los voluntarios en forma de aerosol, administrándolo por vía oral, durante 12 semanas. La dosis promedio fue de 18 pulverizaciones diarias, cada pulverización contenía 0.1 ml del fármaco (2.7 mg de THC y 2.5 mg de CBD)
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A lo largo del período de prueba, los participantes también recibieron terapia cognitiva conductual y otras formas de apoyo terapéutico.
Los investigadores descubrieron que los participantes a los que les habían dado nabiximoles comenzaron a consumir en menor medida cannabis recreativo en comparación al grupo de control, que recibió un placebo.
"Este es el primer estudio grande que demuestra que este es un enfoque seguro y eficaz", dijo Nick Lintzeris, autor principal del estudio.
Y agregó "Los principios son muy similares al reemplazo de la nicotina; le está brindando a los pacientes un medicamento, que es más seguro que el que ya están usando, y lo vincula con el apoyo médico y de asesoramiento para ayudar a las personas a abordar su consumo ilícito de cannabis".
Esta estrategia de reemplazo, explicaron los autores del estudio, también beneficia a los consumidores al eliminar sus patrones normales de uso de drogas recreativas, tanto a corto como a largo plazo.
"Nuestro estudio es un paso importante para abordar la falta de tratamientos efectivos: en la actualidad, cuatro de cada cinco pacientes recaen en el uso regular dentro de los seis meses de las intervenciones médicas o psicológicas", concluyó Lintzeris.
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