Cambió su estilo

Bien dicen que no hay límites. Ese fue el caso de Micetich, de Tennessee, que tras vivir durante varios años con un trastorno de alimentación pudo darle un giro a su vida. Y es que los atracones de comida la llevaron a pesar hasta 136 kilogramos (300 libras).

Atracones de comida

De acuerdo con el Instituto Nacional de Salud Mental, los atracones de comida es un trastorno que causa graves perturbaciones en la dieta diaria, como comer cantidades muy pequeñas o hacerlo en exceso.

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No hay control

Debido al impulso inconsciente de llevar alimento a la boca, las personas con este problema a menudo suelen presentar problemas de sobrepeso u obesidad, lo que representa un peligro ya que hay mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares o presión arterial elevada.

Comía lo que estaba a su paso

Aunque para Laura comer sin restricciones le era todo un placer, en el fondo sentía culpa y vergüenza por su conducta. Me gustaba ir a la nevera y atiborrarme en secreto de comidas azucaradas, admitió.

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¿Por qué pasa?

Según el maestro en Psicoterapia Analítica, Enrique Sánchez, el estado de ánimo de una persona puede influir en que coma en exceso o no. Puede deberse al estrés, nervios, tristeza o hasta felicidad. Son emociones de las que uno no siempre está consciente, comentó.

¿Qué le pasó a Laura?

En el caso de Micetich, una ruptura amorosa la llevó a caer durante cuatro años en esta conducta compulsiva. Sin embargo, decidió tomar acciones y hacer a un lado la depresión, por lo que cambió su régimen alimenticio y lo compaginó con el ejercicio.

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Así luce ahora

A partir de entonces nada fue igual en la vida de Laura. El gimnasio se convirtió en su amigo inseparable y en sólo un año logró perder 52 kg. Su apariencia se transformó y en redes sociales como Instagram se ha convertido en todo un ícono. Mi objetivo es sólo ser feliz y estar saludable, finalizó.

Tratamiento

Ante este problema, Sánchez recomienda llevar a cabo un régimen alimenticio con horarios establecidos de la mano del ejercicio. En algunos casos los medicamentos y antidepresivos suelen ser útiles. Otra manera de tratar el trastorno es comprar productos saludables, rechazando la idea de llenar la alacena con postres y delicias.

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