Cuando se festeja la muerte

En el Día de Muertos se acostumbra visitar las tumbas y abrir las puertas de las casas a los difuntos. Se construyen altares, se escriben versos y se colocan alimentos dedicados a los seres queridos que físicamente no están. Es una tradición que une familias y que data de tiempos prehispánicos. (Foto: panteón de Metepec, México)

La parte dulce de la muerte

Tiempo de sanar

Visto desde la tanatología, una disciplina integral que estudia el proceso de la muerte, participar en este tipo de actividades contribuye a cerrar ciclos pendientes entre los seres vivos y los que han muerto, lo que también ayuda a lograr la paz interior. (Foto: cementerio de Tlacotepec, en el estado de Puebla)

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Ayudaría en el duelo

Cuando un ser querido muere se entra en duelo, un proceso de adaptación emocional. Debido a la intensidad emocional que implica la aceptación de la pérdida hay quienes evaden este tema y luego sienten un cargo de conciencia que los perjudicará. (Foto: mujer visita a difunto en panteón del Estado de México).

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Momento de aceptar

Según Guadalupe Flores Millán, del Instituto Mexicano de Tanatología, en el momento en que se participa en la elaboración de la ofrenda y se dedica tiempo para pensar y reflexionar en el ser querido que no está, existe un encuentro emocional y espiritual que ayudaría a cerrar el ciclo de esa pérdida.

Recordar es vivir

De acuerdo con la experta, se puede entrar en un proceso de meditación y análisis que llevaría a tener mayor madurez y con ello permitir ver acciones del pasado en las que hubo conflicto con los seres que no están y tener una visión diferente de ciertos hechos y situaciones. (Foto: panteón en Metepec, México).

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Objetivo: estar en paz

Es importante llegar al perdón para terminar con los ciclos que queden pendientes con el difunto. Cuando logras perdonar lo que no te gustaba de ellos, las veces que no cumplieron tus expectativas y al mismo tiempo te perdonas a ti, es entonces cuando puedes poner las cosas en paz, agregó Millán. (Foto: ofrenda en el estado de Hidalgo)

Da fortaleza

Además, dentro de este mismo ejercicio también es posible encontrar fortaleza para seguir adelante. Enriquecerse es irse hacia una posibilidad de tocar la adversidad y después salir con un aprendizaje y un crecimiento de ella, a eso se le llama resiliencia, añadió. (Foto: una pareja en un panteón de Metepec, México)

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Compartiendo con los niños

De igual forma, los más pequeños pueden aprender de esta experiencia. Para ello, la tanatóloga sugiere hacer una dinámica de inclusión en donde se recuerde como familia las cualidades y momentos favoritos del difunto. Ya que esta información a veces suele negarse a los niños. (Foto: ofrenda en una comunidad maya)

Dando vida a la muerte

Hablar de la muerte es tratar con uno de los temas que evocan diferentes estados en las personas, desde angustia, miedo hasta asombro. A nadie le gusta la idea de pensar que tarde o temprano tiene que partir de esta vida. El asunto es que a muchos les cuesta trabajo entender a la muerte porque no entienden la vida, dijo Millán.

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¿Por qué hay miedo a morir?

A nivel psíquico tenemos cosas sin resolver, sentimos que la vida que estamos llevando no es la que nos hubiera gustado, tenemos expectativas de nuestra vida, las cosas que nos gustaría hacer o vivir, de pronto cuando no las llevamos a cabo sentimos que el tiempo no nos está alcanzando para realizarlo, comentó la experta.

Dando sentido a la vida

Debido a esto la experta sugirió encontrar las razones de ser. El objetivo de todos es trascender. En la medida que te gusta lo que haces estás trascendiendo porque pones lo mejor de ti. Cuando no trasciendes no comprendes el sentido de la vida y es cuando comienza la preocupación.

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El pensamiento más saludable

Al final, independientemente de la creencia que se tenga sobre la muerte, todos vamos a morir. En la medida que vivimos el día a día teniendo relaciones en paz, en un estado consciente, en comunicación con nosotros mismos y teniendo empatía con los demás nos permitirá ver la muerte de una manera más tranquila, finalizó Millán.