Qué debes saber sobre la neumonía
Es responsable del 15% de las muertes de menores de 5 años en el mundo
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¿Cuáles son sus causas?
La neumonía puede ser causada por una infección bacteriana, viral o micótica. La bacteriana puede complicar muchas enfermedades que tienen origen viral, como la gripe, mientras que las neumonías virales suelen ser leves, aunque en algunos casos pueden causar síntomas graves, como el coronavirus del sistema respiratorio agudo severo (SARS) y el más reciente SARS-CoV-2 (COVID-19).
¿Qué tipos existen?
Los expertos dividen la neumonía en dos tipos principales: la "asociada o adquirida en el hospital", que desarrollan las personas que han sido hospitalizadas, han permanecido en un centro de atención a largo plazo o han estado en diálisis en los últimos meses, y la "adquirida en la comunidad" o "por aspiración", que ocurre por contacto con personas, comidas o superficies contaminadas.¿Quiénes son más vulnerables?
La neumonía afecta a todas las personas, aunque los niños pequeños y adultos mayores (65 años o más) tienen el mayor riesgo de contraerla y sufrir complicaciones. Se estima que aproximadamente 11 millones de niños son hospitalizados a causa de la neumonía por año en todo el mundo, siendo la principal causa de hospitalización y muerte en menores de 5 años.Otros factores que aumentan el riesgo de padecer neumonía incluyen, estar hospitalizado, tener una enfermedad crónica, como asma, EPOC o problemas cardiovasculares, fumar, o tener un sistema inmunitario debilitado (normalmente esto se ve en personas que se sometieron a trasplantes de órganos o quimioterapia).
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¿Cómo afecta la salud?
Los síntomas más comunes de la neumonía son tos (seca o que produce flema), fiebre, escalofríos, fatiga, náuseas, vómitos, diarrea, dolor en el pecho y dificultad para respirar. En los casos graves pueden profundizarse los problemas respiratorios, además de sumarse confusión, disminución de la micción y mareos.¿Cómo se transmite?
La neumonía puede transmitirse de persona a persona, pero también puede ser causada por otros factores, como inhalar comida, bebidas, vómito o saliva contaminada. Al igual que otras enfermedades respiratorias contagiosas, los virus y las bacterias que causan la neumonía se pueden propagar cuando una persona infectada tose o estornuda, liberando al aire gotitas llenas de gérmenes.¿Son útiles los medicamentos?
Ciertos medicamentos de venta libre pueden ayudar a aliviar los síntomas de la neumonía. Para el dolor o reducir la fiebre alta suele aconsejarse acetaminofén (Tylenol) o ibuprofeno (Motrin, Advil), mientras que para la tos productos que contengan dextrometorfano (DM). Antes de recurrir por cualquier opción, asegúrate de consultarlo con un profesional.¿Existen vacunas?
Existen vacunas para ayudar a prevenir la neumonía neumocócica. La vacuna PCV13 para niños menores de 2 años, y los niños mayores que tienen condiciones de salud preexistentes, protege contra 13 tipos de bacterias neumocócicas, mientras que la PPSV23 para adultos mayores, protege contra 23 tipos. Sin embargo, se estima que hasta un tercio de los adultos mayores de 65 años no se ha vacunado.COVID y neumonía ¿cuál es la relación?
Desde 2020 un nuevo antígeno se alzó entre los principales responsables de la neumonía: el nuevo coronavirus. Sin embargo, muchos pacientes no informaron ninguna sensación de problemas respiratorios, a pesar de que sus radiografías de tórax mostraron neumonía difusa y su oxígeno estaba por debajo de lo normal.
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A la privación inicial de oxígeno causada por la neumonía de COVID, se la denomina hipoxia silenciosa, y explicaría los casos de pacientes no vacunados que mueren repentinamente tras no presentar dificultades para respirar. Esta neumonía también puede causar una forma de insuficiencia pulmonar llamada síndrome de dificultad respiratoria aguda, que a su vez puede provocar cicatrices pulmonares.
¿Cómo prevenirla?
Puedes prevenir la neumonía si practicas una buena higiene (lavándote regularmente las manos o usando desinfectantes), evitas habito dañinos, como fumar o consumir alcohol en exceso, y mantienes tu sistema inmunitario fuerte. Esto último puedes conseguirlo con ejercicio regular, buen sueño en horarios regulares y una dieta equilibrada y saludable.