La uva es el fruto de un arbusto llamado vid y su nombre científico es Vitis vinifera. Las hojas, savia, semillas y fruta se utilizaron con fines medicinales desde el imperio griego. Su cultivo ya se practicaba en Oriente y Egipto desde hace más de 3.000 años. Se denomina viña al terreno plantado con vides y viñedo cuando abarca una gran extensión.

La composición de las uvas puede variar según sean negras o blancas, pero ambas tienen un alto nivel de azúcar. Las blancas contienen más vitaminas, como la B6 o el ácido fólico, glucosa, magnesio y calcio que las negras. En cambio, estas últimas son más ricas en potasio y en pigmentos, como las antocianas. Esta composición contribuye a las siguientes bondades:

Contra las varices

Hay quienes las evitan y prefieren retirarlas cuando comen uvas, pero las semillas tienen un increíble potencial antioxidante que ayuda a combatir a los temibles radicales libres, mejorar los procesos circulatorios y proteger las paredes de las venas del estrés inflamatorio. También existe evidencia que la vincula a una reducción de los síntomas de la mala circulación en las piernas.

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Para la vista

Los antioxidantes contenidos en las uvas ayudan a prevenir y retrasar la degeneración macular al evitar la oxidación de la retina e inhibir el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos, asociados con enfermedades de la vista. Otros trabajos encontraron que estos compuestos, además, pueden detener la progresión de la retinopatía diabética.

Elixir antiedad

Se cree que esto se debe a su rica cantidad de antioxidantes, que además promueven la disminución del estrés oxidativo. Uno de los componentes que abunda en la piel de la uva, el resveratrol, es capaz de estimular a las sirtuinas, enzimas celulares que regulan el envejecimiento de los organismos vivos. También se asocia a propiedades anticancerígenas, antivirales y antibacteriales.

Para el colesterol

Tomar jugo o zumo de uva negra incluyendo piel, pulpa y semillas tiene muchos beneficios para la salud cardiovascular. Su riqueza en antioxidantes, conocidos como polifenoles, son los responsables de prevenir la acumulación de colesterol en las arterias. Los especialistas señalan que con dos semanas de terapia de jugo de uva se reduce la oxidación que provoca esta grasa.

Combate el cáncer

La batalla contra el cáncer puede tener como gran aliado algo tan pequeño, accesible y natural como las semillas de uva. Los investigadores plantearon que ciertos componentes de sus extractos podrían inhibir el crecimiento de células cancerosas, dejando intactas a las sanas. Este extracto ataca selectivamente diferentes tipos de células cancerosas.

Desintoxicante

La uva puede ayudar a depurar las toxinas del organismo gracias a su poder para limpiar los intestinos y evitar el estreñimiento. Esta propiedad se debe a su riqueza en sales potásicas (especialmente en las pasas de uva), que controla el equilibrio de los líquidos en el cuerpo y sus niveles bajos de sodio.

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Fuente de energía

El jugo fresco de uva al despertarse es un gran alimento para empezar el día con energía. Esto se debe a que es rico en carbohidratos como la glucosa y la fructosa, por lo que es ideal para estudiantes, deportistas, o personas con bajos niveles de azúcar en sangre. Esta propiedad aumenta cuando se consume en forma de pasa.

Alivia el dolor articular

El resveratrol que contiene las uvas es un poderoso antioxidante capaz de bloquear las enzimas que degeneran los tejidos, lo cual puede producir dolor articular y muscular. Los científicos explican que este compuesto protege especialmente el cartílago y mejora los síntomas de la artritis.

Piel hermosa

La uva constituye un cosmético muy interesante para la protección y embellecimiento de la piel al tratarse de uno de los mejores humectantes, ya que hidrata y recupera de los efectos de la sequedad. La pulpa, cáscara y semillas son útiles para ciertas lesiones, sirven como antioxidantes, hidratantes, ayudan a disminuir las arrugas y a combatir a los radicales libres.

Recuerda

Hasta contar con evidencia científica significativa proveniente de ensayos en humanos, las personas interesadas en utilizar terapias a base de hierbas y suplementos deben tener mucho cuidado. No abandones ni modifiques tus medicamentos o tratamientos, antes habla con el doctor sobre los potenciales efectos de las terapias alternativas o complementarias.

Fuentes consultadas:

Base Exhaustiva de Datos de Medicamentos Naturales, Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Clínica Mayo, Instituto Nacional de Medicina Complementaria y Alternativa.